La de Carlitos Samenfeld es una historia común en los clubes del interior, donde a veces hay que hacer todo a pulmón y por amor a «su» equipo del “pueblo”. Carlos Sebastián Samenfelf, nació en Rivera el 14 de enero de 1947, hijo de judíos alemanes que vinieron de Europa tras la persecución del régimen nazi en el año 1937 para radicarse en estas tierras, precisamente en la Colonia Schtarkmet, cuyo nombre en honor al Sr Isaac Schtarkmet que fue Director de J. C. A. (Jewish Colonizatión Associatión) desde el año 1913 hasta el año 1938, un cuarto siglo, siempre compartiendo la dirección con Veneziani y luego con Eusebio Lapin.
La colonia situada a 35 km de Rivera y a 15 km de Delfín Huergo. Schtarkmet fue poblada por 14 familias, todas estas se radicaron mediante la actuación de la entidad colonizadora J.C. A. fundada por el Barón Mauricio Hirsch, quien fue un acaudalado empresario judío.
La familia de Carlos, estaba compuesta por su padre Ewald Samenfeld, su madre Lisa Glaser y su hermano Mario. En noviembre de 1979 contrajo matrimonio con Sara Beatriz Mirkin, luego llegarían a sus vidas sus dos hijos, Martin y Melina y mas tarde sus 2 nietos.
Nos cuenta Carlos que cursó sus estudios primarios en la Escuela N°23 de la Colonia Philipson. Terminada la Escuela Primaria se incorporó a la Escuela Agraria N°1 de Rivera. Cabe resaltar que mientras estudiaba, los primeros tres años iba al campo los fines de semana a ayudarles a sus padres en el tambo. Haciendo gambetas a la vida, Carlos nos cuenta que, así como salieron grandes profesionales de la Escuela Agraria, también fueron grandes futbolistas que participaron en Club Deportivo Rivera e Independiente.
Terminado sus estudios en Rivera, fue a Coronel Vidal donde cursó 4° y 5° año logrando así el Bachillerato Agrario. Debido a su arraigo en el campo, eligió la carrera de Agronomía en la Universidad de La Plata, donde cursó 2 años que fueron interrumpidos por la obligación de hacer el Servicio Militar durante 14 meses en Río Gallegos. Este acontecimiento interrumpió su carrera como estudiante y después de realizar un examen de ingreso en la ciudad de Bs As, lo nombraron en el Banco Provincia, sucursal Rivera el 2 de junio de 1971.
Ya radicado en Rivera incursionó en el mundo del deporte y su club preferido era el Club Deportivo Rivera, siendo en aquella época su presidente Alejandro Felsinger.
En sus comienzos empezó como jugador hasta que fue invitado a la Asamblea y lo eligieron Presidente del C.D.R., de esta manera se fue incorporando “sin querer queriendo” como dice el refrán en el Club de sus amores. Fue jugador después Presidente, jugador y técnico al mismo tiempo. De esta manera se afianzó en la institución.
Carlos nos cuenta: “mis ídolos en el fútbol local fueron Zenón Sequeira, Eduardo Sequeira y Eulogio Periga. Del fútbol del rojo, puedo decir que integramos la Liga Carhuense, en la que participamos y teníamos un gran nivel futbolístico con muy buenos jugadores. Dentro del equipo mis compañeros fueron, Beto Anhorn, Horacio Bargar, Eduardo Sequeira, Moreno, Néstor Tejedor, los hermanos Hugo y Horacio Hutt, Tito Fernández y Catuio Morales entre otros. También contamos con refuerzos en el plantel con dos ídolos a nivel nacional Ángel Clemente Rojas y Pinino Oscar Más».
Samenfeld rememora: «No me quiero olvidar a los que me acompañaron mientras estaba en la comisión del Club, Constantino Regalado, Ricardo Eleno, Diego Camara, Héctor Regalado, Omar Schumacher, José Caricato, Néstor Tejedor y tantos otros que no recuerdo y a los que pido perdón por no nombrarlos, que han colaborado en forma activa en los principios para levantar las paredes del salón del C.D.R».
Samenfeld fue presidente, tesorero y secretario de Deportivo, «En total 12 años consecutivos. En la actualidad no sigo ligado al Depo; al ver la cancha vacía me da tristeza a pesar que en la actualidad hay un predio muy lindo y bien cuidado”, cuenta.
Entre tantas figuras y personas que atravesaron el club, Carlos pone sobre relieve a dos personajes inolvidables del C.D.R., «Eulogio Periga, jugador por muchos años del Depo, quien siempre fue figura en todos los equipos que le tocó participar y Nemecio Balkar, masajista, una gran persona muy identificada con el club ya que el Depo era su segunda casa», evoca.
Sobre su gestión, asegura Carlos, que «con pocos recursos lograron hacer crecer al Club y en la actualidad ve una institución en condiciones de crecimiento para las actividades de los jóvenes de Rivera».
Samenfeld siempre tuvo una vida activa dentro de la comunidad riverense; integró la juventud agraria cooperativista dependiente de la cooperativa Granjeros Unidos, organizando la Fiesta del Trigo y del Girasol, con elección de reina en todos los festivales, participando en Carlos Casares y Tres Arroyos. Además, tuvo la satisfacción de poder participar en el teatro y dirigir junto a Juan José Gavinoser la obra “Tierra del destino” con el grupo que se llamaba Horizonte, quienes tuvieron participación en los festejos por el 50° Aniversario de la Cooperativa Granjeros Unidos en 1972, También participó en otras obras de teatro como actor y director.
Carlos sigue activo, trabaja y junto a Beba, aprovechan sus tiempos libres viajando y compartiendo la vida en familia y con amigos.
Nemecio Balkar y Eulogio Periga: Dos históricos del fútbol riverense
Uno era masajista y el otro jugador, junto a otras leyendas formaron parte de equipos míticos e inolvidables para todos los aficionados que amamos el fútbol. En esta ocasión, Arturo Loewy a través de su propio testimonio, brinda su homenaje a dos personajes históricos del Club Deportivo Rivera: Nemecio Balkar y Eulogio Periga.
«Tuve el gusto de conocer al Sr. Nemecio Balkar, empleado de la Cooperativa Granjeros Unidos, muy atento y servicial. Como socio de la misma, entregando cereal y retirando mercaderías en los galpones de la cooperativa, no pude tener un trato muy directo con Nemecio, pero me di cuenta enseguida de su honestidad y responsabilidad y eso me quedó grabado hasta el día de hoy», señala Loewy y agrega: «Como estudiaba en la escuela Agraria de Rivera pasaba por el C.D.R y me llamó la atención su físico musculoso, la voluntad y prestancia que ponía cuando hacía los masajes a los jugadores, ya que era el masajista del Club. Me afectó mucho su temprana desaparición por una cruel enfermedad».
«Han pasado ya muchos años y recordando a los históricos del Depo junto a Eulogio Periga me tomo el atrevimiento de recordarlos, me da un poco de nostalgia que personas muy identificadas con el club (a veces) queden en el olvido».
Todos los comentarios coincidieron en que no alcanzaban las palabras para elogiar a Nemecio y Eulogio, por sus gran responsabilidad y compromiso. A continuación cada uno de estos testimonios, para que queden en el recuerdo de sus familiares y amigos:
Néstor Tejedor: «Nemecio Balkar fiel al club y a la institución, siempre tenía buen humor, como masajista entrenaba a los jugadores y ayudaba a recuperar a los jugadores, ¡conducta intachable!».
«Con Eulogio Periga jugué cuando tenía 16 años y él 40, un jugadorazo no se cansaba nunca».
Beto Anhorn: «Nemecio Balkar 100% hombre del C.D.R. con Eulogio jugué poco, gran jugador, le decían el abuelo».
Armando Baltián: «Excelentísimas personas “Balkar y Periga” daban todo por el Club y eran hinchas de corazón de la Institución».
Juan Sequeira: «Balkar… grandísima persona el mejor masajista de Rivera con Armando Fioramonti. Periga me enseñó a jugar al fútbol y me llevó al papi (Los 7 Diablos) un ídolo».
Horacio “Tarugo” Hutt: «Nemecio Balkar un tipazo me llevó a jugar al papi fútbol (Huracán) reconocido y apreciado, fundamental en el C.D.R todo Ad Honoren».
«Periga era un jugador que nunca bajaba el rendimiento en los 90 minutos, muy buena persona jugué con él y pude conocerlo bien».
José Luis Stiep “Tipi”: «Lo tuve a Balkar de masajista siempre con muy buena onda, me llamaba la atención todas sus mezclas que preparaba para sus masajes, muy correcto. A Periga lo tuve de D.T. jugaba en primera y a veces sí hacía falta en segunda, para no olvidar.«
Norberto Oscár Pamies: “Nada mal, todo bien” Nemecio me fue a buscar para jugar en Huracán para el papi fútbol. Lo tuve de masajista en el Depo, era muy cariñoso y compañero, un verdadero profesional. Con Eulogio tuve la suerte de jugar algunos partidos, la verdad el mejor del Club».
Hugo Hector Hutt: «Recuerdo a dos grandes personajes de la institución, Eulogio Periga y Nemesio Barcal. El primero fue un gran jugador, de aquellos que lo entregan todo, un ganador de alma. El segundo, gran masajista, disponible siempre para todos, logrando la mejor energía para cada jugador».
«Fueron años muy lindos, rodeados de buena gente, una juventud sana. Hemos compartido triunfos y derrotas, pero siempre unidos y orgullosos de llevar la camiseta del Deportivo».
Alberto Orlando Gonzales (Gonzalito): «Gracias a Balkar pude jugar al fútbol en Rivera. Nemecio Balkar, me vino a buscar a la Escuela Agraria para formar un equipo que se llamó “Los Juveniles del C.D.R”, en el año 1961, yo era muy joven. Después me fui a trabajar al campo y en el año 1968 me volvió a buscar para jugar en el Depo. Además, me consiguió trabajo primero en el taller de Lobato, dónde aprendí mi profesión y después en el taller de tractores Granjeros Unidos».
«Nemecio Balkar fue un hombre de pura bondad, a veces me atendía personalmente, para solucionar un problema físico. Me acuerdo que me hacía correr cuando la cancha estaba paralela a la entrada “me cambió la vida, le debo todo”. Fue la persona más importante del C.D.R», cuenta emocionado Gonzalito.
Sobre Eulogio Periga señaló: «Puedo decir que fue un señor dentro y fuera de la cancha; jugaba en el medio campo con un físico fornido y daba indicaciones a los de atrás para salir jugando y a los de adelante para buscar el arco contrario. Siempre fue figura, solo le faltó salir campeón con el Depo. ¡Nunca lo voy a olvidar!»
Esta nota contó con la desinteresada colaboración del Sr. Ulises Rey, «me aconsejó consultar con algunas personas del Depo, me brindaron sus valiosos relatos acerca de anécdotas vividas junto a ellos», dice Loewy.
«Mi agradecimiento a todos los que colaboraron para hacer esta reseña de dos personajes del Club Deportivo Rivera. Humildemente dedicado a la memoria de Luis Slobodianinck», cierra.
*Por Arturo Loewy/Diario de Rivera