Desde Arrecifes, adonde fue a entregar viviendas, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, hizo un llamado de atención al personal del Fondo Monetario Internacional (FMI) luego de que el Gobierno sellara un acuerdo con el organismo que sacudió la interna oficialista y que el mandatario -fiel a Cristina Kirchner pero con buena sintonía con Alberto Fernández- miró de manera cauta.
“Los muchachos del FMI no sé si el español lo dominan, pero en la Provincia no puede haber ajuste, lo tienen que entender”, advirtió el mandatario del Frente de Todos, quien también puso sobre la mesa la compleja realidad que se vive en el territorio que gobierna, como consecuencia de la escalada de precios acrecentada por la situación internacional. “En el conurbano y el interior no da más la situación social”, resumió.
Para justificar sus dichos hacia el organismo internacional, el mandatario sostuvo: “Estamos en una guerra en todo el planeta, con situaciones muy extremas, venimos de una pandemia muy grave y necesitamos seguir recuperándonos”. Y agregó que desde la Provincia apoyarán las medidas nacionales para contener la inflación en un momento de “presión muy alta” sobre los precios de la energía y de los alimentos por el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania.
A pesar de que destacó la “recuperación muy fuerte” en algunos indicadores -como la reducción en la tasa de desempleo o de la pobreza- y que no se lo atribuyó a un rebote de la economía, admitió que eso todavía no se percibe en algunos sectores. “Falta la distribución de los ingresos, los salarios, y eso implica que los precios dejen de subir”, planteó Kicillof en C5N.
El gobernador apuntó también contra aquellos que especulan con las ganancias en un contexto bélico como este: “Los precios de guerra que hay que en el mundo, para algunos son un negocio bárbaro. El problema es que si a esos precios de guerra los cobramos en la Provincia, pueden generar una rentabilidad inmensa que no tiene que ver con el esfuerzo y la inversión, sino con una guerra en Europa. No hay un derecho específico, sino una eventualidad”.
Sostuvo que ante esta situación “algunos se van a enriquecer mucho” y otros “se van a empobrecer mucho”, por lo que consideró correcto que la administración nacional tome decisiones y sancione a quienes no las cumplen. “Es fácil aparecer acompañando medidas y después incumplirlas”, señaló, en una clara alusión a las empresas harineras multadas por el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti.
Además, Kicillof dijo estar de acuerdo con la postura del ministro de Desarrollo Social, “Juanchi” Zabaleta, en cuanto a la necesidad de transformar planes sociales en trabajo, pero reconoció: “El otro problema es que hay que conseguir que los salarios se recuperen, porque si empieza a no alcanzar y el que consigue empleo formal o una changa no puede acceder, estamos en un problema”.
Frente a los referentes opositores que piden recortar los programas para quienes cortan las calles, el gobernador se limitó a hacer una comparación. “Cuando termina el gobierno de Cristina, había 260 o 280.000 planes y con [Mauricio] Macri 700.000. Luego vino la pandemia, tiene que ver con una situación de emergencia muy grande”, planteó después de que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se quejara por la forma en que se administran las ayudas estatales.
Sobre la interna en el oficialismo
Por último, el gobernador minimizó que Cristina Kirchner y Alberto Fernández no hayan compartido el acto por los 40 años de la guerra de Malvinas, en medio de la distancia que marca a la cúpula del Gobierno. “Yo concurrí a tres o cuatro actos durante Malvinas. Hubo uno central de la Provincia en Malvinas Argentinas; fui invitado por el Presidente, concurrí al acto; y después en el Congreso era más cerrado, yo no fui invitado pero no se lo atribuí a una cuestión política”, deslizó.
Además, llamó a capitalizar las diferencias internas y recordó: “Yo fui ministro de Economía en una época donde algunos que hoy integran el Frente no estaban de acuerdo con las medidas que tomaba y lo expresaban, en aquel momento eran oposición al gobierno. Hoy conformamos un frente con matices, aquellos que criticaban las medida supongo que no era por oponerse de manera automática, sino porque no estarían de acuerdo”, recordó sobre su paso por la cartera económica durante la segunda administración de Cristina Kirchner.
“Obvio que hay miradas que tienen matices distintos y esa es la riqueza de un frente, sino seríamos una sola organización política, un solo partido. El Frente contiene diversidad y se expresa, tampoco hay que tenerle miedo a eso, hay que ponerlo por la positiva, por el lado enriquecedor, y que contribuya a mejorar las medidas del Gobierno”, dijo Kicillof, que pidió calma puertas adentro: “Hoy no estamos para ver si discutimos más o menos, estamos para mejorarle la vida a la gente en una situación con cuatro años de macrismo, pandemia, una guerra internacional… Más dificultades no puede haber, hay que buscar respuestas”. (La Nación – La Nueva.)