Los máximos líderes del PRO tuvieron un almuerzo picante, pero no por la comida que paladearon en el restaurante de Puerto Madero en el que se reunieron: Mauricio Macri planteó que el partido “no se deje manejar por la UCR en el Congreso, como sucedió en las últimas votaciones” e incluso advirtió: “Tenemos que diferenciarnos y no seguir cayendo en la trampa del radicalismo”.
La postura del ex presidente abrió un intenso debate porque algunos dirigentes, como Horacio Rodríguez Larreta, afirmaron que de esa forma se pondría en peligro la unidad en Juntos por el Cambio, pero al final se coincidió en ratificar una posición conjunta: “cumplir a rajatabla el acuerdo interno que implica no votar nuevos impuestos ni aumentos de los actuales y tampoco aprobar ninguna iniciativa que apunte a agrandar la estructura del Estado”.
Macri apuntó, sobre todo, a la responsabilidad del titular de la UCR, Gerardo Morales, quien fue el promotor del proyecto de ley que fija el marco regulatorio del cannabis medicinal y cáñamo industrial, que fue aprobado el jueves pasado en la Cámara de Diputados y que favorece a esas plantaciones en la provincia de Jujuy: los legisladores del PRO votaron en contra porque el nuevo régimen “tiene las características de un nuevo impuesto y favorecerá una mayor burocracia estatal”, según las quejas que se escucharon en el almuerzo en El Dorado, cuyo dueño es Ezequiel Sabor, ex viceministro de Trabajo y embajador en México durante el gobierno de Cambiemos.
El planteo de Macri, que tiene cada vez más cortocircuitos con Morales, agitó el clima de la comida, la tercera que mantienen los referentes del PRO desde el 12 de abril para bajar los niveles de tensión y acordar reglas de juego para 2023. En este caso, la interna partidaria casi no estuvo presente, como tampoco al discusión sobre qué mecanismo se elegirá para definir la candidatura presidencial.
Para el ex presidente, el PRO tiene que “anticiparse a las jugadas” de la UCR y “no llegar tarde” para establecer una postura firme y más dura en algunos temas. Se mencionó el ejemplo del proyecto sobre el cannabis y cómo Morales “hizo lobby, diputado por diputado” para que apoyaran una iniciativa que beneficiará a su provincia, pero que, alertaron, se contradice con postulados del PRO porque implican más gasto estatal y así “quedamos beneficiamos a (Javier) Milei”.
En ese sentido, hubo autocrítica por el comunicado de Juntos por el Cambio que apuntó a cerrarle la puerta a una alianza con el líder libertario: todos coincidieron en que un error mencionarlo con nombre y apellido. No entraron en detalles para evitar reabrir heridas que quedaron cicatrizadas luego del desayuno que compartieron Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich hace 10 días.
Para cerrar ese episodio y acercarse al electorado de Milei, los líderes del PRO acordaron que de aquí en adelante expresarán con más énfasis “todas las ideas que defienden la libertad, que incluyen una reducción del aparato del Estado y una política de déficit cero”, por ejemplo.
El debate sobre la diferenciación de la UCR en algunas iniciativas también incluyó el proyecto que impulsa el gobernador Axel Kicillof para modificar el régimen de jubilaciones para empleados del Banco Provincia, que tratará esta semana la Legislatura bonaerense y que deroga una reforma sancionada durante el gobierno de María Eugenia Vidal. Por eso los referentes del PRO acordaron oponerse a la ley que busca aprobar el Frente de Todos y se habló acerca de que la UCR y la Coalición Cívica aún no resolvieron qué postura adoptarán ante este tema.
Hasta fines de 2017 la jubilación especial de empleados del Banco se constituía del 82% del haber. Ante el déficit que evidenciaban los números de la caja previsional, Vidal llevó el haber jubilatorio al 70% del sueldo activo y estiró la edad jubilatoria. La medida fue cuestionada por la Asociación Bancaria, liderada por Sergio Palazzo, mediante presentaciones judiciales y movilizaciones. El año pasado, Kicillof envió un proyecto de ley que derogaba esa norma de la gestión de Vidal y creaba una nueva ley (y fórmula) jubilatoria para empleados del Bapro.
Por eso los dirigentes decidieron cerrar filas para defender la reforma hecha por Vidal y advertir que los cambios “apuntan a restablecer privilegios” en un tema sensible como el previsional.
La comida de Puerto Madero terminó con promesas recíprocas de “reforzar la unidad del PRO” y “ratificar que en Juntos por el Cambio la palabra Juntos no puede imponerse sobre la necesidad de los cambios”, como graficó uno de los comensales. “Tenemos que ser el cambio”, dijeron.
Participaron del almuerzo Macri, Rodríguez Larreta, Bullrich, Diego Santilli, María Eugenia Vidal, Jorge Macri, Cristian Ritondo, Humberto Schiavoni, Federico Angelini, Federico Pinedo y Fernando de Andreis. El próximo encuentro político-gastronómico del PRO será el 19 de mayo.
El clima interno más sereno seguramente no será equivalente a las tensiones que estallarán ahora con Morales y la UCR, que no piensan quedarse callados. Por lo pronto, en el radicalismo aclararon que “no hubo sólo chispazos por el proyecto de cannabis” y afirmaron: “El jueves pasado, sólo los diputados del PRO votaron el proyecto de Cristian Ritondo y Sergio Massa con beneficios a la construcción. Los demás bloques de JxC se diferenciaron porque implicaba un blanqueo. La UCR y Evolución se abstuvieron. La Coalición Cívica y Ricardo López Murphy votaron en contra”.
“Si vamos a votar en contra el blanqueo de (Oscar) Parrilli por el FMI, no podemos votar este blanqueo”, agregaron las fuentes de la UCR, en la confirmación de que puede abrirse un frente de fuertes disidencias en Juntos por el Cambio por estas votaciones diferentes de sus socios. La felicidad opositora, por lo visto, nunca es completa: el almuerzo del PRO terminó con su dirigencia en paz, pero en creciente tensión con uno de sus principales socios políticos en la coalición. (Infobae)