La madre de Daiana Abregú, la joven asesinada en una comisaría de la localidad bonaerense de Laprida, declaró que es posible que a su hija «la hayan torturado con una bolsa en la cabeza», al tiempo que afirmó que en esa seccional «a mucha gente le hicieron eso».
«Según la autopsia está toda golpeada: en la cara, en la espalda, el tabique roto, un hundimiento en la frente. Parecía otra cara», indicó María Laura Abregú en declaraciones al programa «El Exprimidor», que conduce Ari Paluch por AM 550.
En un principio, trascendió que Daiana se había suicidado dentro de una celda con su propia campera, pero esa hipótesis nunca cerró para su familia. «Nos pusimos a ver el cuerpo y en el cuello no tenía nada, y si se hubiera ahorcado como dijeron se hubiera notado», reveló la mamá.
Asimismo, agregó: «Es posible que la hayan torturado con una bolsa en la cabeza, a mucha gente le hicieron eso. Si mi hija se tenía que defender, se iba a defender».
La mujer sostuvo que «a Daiana la detuvieron porque había tenido una pelea en la calle con una chica y se la llevaron solo a ella», al tiempo que señaló que «ya la habían detenido dos veces antes, pero sacarla era un trámite».
Respecto del momento en el que se enteró de la muerte de Daiana, relató: «Una policía vino hasta mi casa y me dijo que mi hija había tomado la decisión de quitarse la vida. Estaba yo, el nene de ella, todos esperándola para ir a la iglesia».
«Gracias a nuestro abogado, a Pia Dufau y a la gente de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y su insistencia pudimos hacer la reautopsia».
En la investigación, la segunda autopsia -pedida por la CPM- mostró que Abregú, de 26 años, no tenía lesiones externas ni internas en la zona del cuello, las cuales podrían ser compatibles con un suicidio, y sí murió por maniobras de asfixia de un tercero o varios. Esa determinación fue fundamental para cambiar la carátula del caso y proceder con la detención de los policías bonaerenses Vanesa Soledad Nuñez, Juliana Zelaya, Adrián Osvaldo Nuñez, Pamela Di Bin y Leandro Fhur.
De esa manera, la calificación legal e la causa pasó de «averiguación de causales de muerte» a «homicidio doblemente agravado por su comisión con alevosía y por tratarse de miembros de la Fuerza de seguridad policial en abuso de sus funciones».
«Ella medía 1,50 y era muy flaquita, y viendo el lugar no cerraba lo que decían en la Comisaría», precisó la madre.
Contó que «una chica policía que la conocía dijo que cuando se fue la estaban insultando y le decían que era una mala madre».
María Laura Abregú también denunció malas maniobras en el hospital, al considerar que «están todos metidos», porque «la persona que le hizo la primera autopsia no era médica forense sino una ginecóloga».
Por su parte, Roberto Abregú, padre dela joven asesinada, añadió que en el caso «hay mucha gente metida» y entre ellas enumeró: «El intendente; el comisario, que es primo mío; el subcomisario; la Policía; el Hospital. Son todos corruptos y tienen que ir presos».
«En Laprida, el Hospital, la Fiscalía y Municipalidad son todos uno y tapan todo juntos con la Policía», concluyó. (NA)