Si hay un artista que no tiene detractores y que todo el mundo ama, ese es Carlitos Balá. El actor de 97 años, que durante toda su carrera entretuvo a grandes y chicos, está atravesando un momento algo delicado de salud y por eso comenzaron a gestionarse desde las redes sociales cadenas de oración.
Durante este jueves 22, el artista, que se encontraba en su casa, comenzó a sentirse mal y su familia, luego de consultar con sus médicos de cabecera, decidieron internarlo. Por estas horas se encuentra en el Sanatorio Güemes, donde le está realizando distintos estudios, según informó Estefi Berardi.
Si bien es algo que ocurrió en las últimas horas, y no hay demasiadas precisiones hasta que los profesionales de la salud no emitan un comunicado, la panelista remarcó: “Se sentía muy mal y la familia lo llevo al sanatorio, donde lo están atendiendo y el pronóstico es reservado”.
Vale remarcar que el animador infantil, que popularizó frases como: “Qué gusto tiene la sal”; “Más rápido que un bombero” o “za,za,za” para reírse en vez del ja,ja,ja, cumplió los años hace tan solo un mes.
Carlitos Balá formó parte de la vida de varias generaciones de argentinos y pocos artistas son tan queridos como él. Un nombre que nos lleva a la infancia, a la nostalgia, a la felicidad. Es artista, que hizo de “sumbudrule” y del “chupetómetro”, y del gusto de la sal un código único con el público. El pasado 13 de agosto cumplió 97 años y pasó ese día rodeado por sus afectos más íntimos y abrazado por el amor de aquellos niños y niñas, que hoy son hombres y mujeres, y que lo recuerdan con una sonrisa.
La frase más famosa, en tiempos donde el “boca a boca” era la única manera de “viralizar” era cuando preguntaba ¡¡¿Qué gusto tiene la sal?!! y todos los chicos contestaban gritando: ¡¡¡Salaaaado!!! La idea nació en 1969, en una tarde tranquila en Mar del Plata. Un chico lo miraba atento y Balá haciendo como que no lo veía preguntó varias veces en voz alta: “¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?” El nene permanecía silencioso y el siguió: “Ahhh, el mar tiene gusto a sal. Pero, ¿qué gusto tiene la sal?” Y antes de salir corriendo el chico le respondió. “¡Pero, qué gusto va a tener la sal! ¡Salada!” Y así nació un éxito que atravesó cuatro generaciones.
Angueto, el perro invisible surgió en una tienda en Disney. Balá siempre atento encontró una correa rígida y se le ocurrió el chiste del perro. “Un turista que estaba al lado se asustó y me gustó la idea porque pensé que podía ser un buen personaje. Cuando llegué a Buenos Aires, mandé hacer una correa similar y le puse Angueto por mi hija Laura. Cuando era chica, con mi mujer le decíamos “Anguetita”, una palabra inventada”.