La sequía y la bajante de la laguna Mar Chiquita en Córdoba dejaron al descubierto a un antiguo pueblo llamado Miramar. El espejo de agua no tiene salida al mar, recibe agua de tres ríos y sólo se escurre por evaporación. La laguna, también conocida como Mar de Ansenuza, sube y baja siguiendo el ritmo del cambio climático. Dicha variante hizo que el pueblo de Miramar se hundiera por completo en 1945. El caso tiene algunas similitudes con Epecuén, uno de los grandes atractivos turísticos que tiene la provincia de Buenos Aires.
En la actualidad, la laguna quedó en uno de sus puntos más bajos por la falta de lluvias y el desvío de agua del río Dulce, su principal afluente, para riego. Su superficie es exorbitante: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entra diez veces en su cuenca (25 veces cuando está al nivel máximo). Es la laguna salada más grande de Sudamérica y la quinta en el mundo, con una enorme concentración de sal -82 gramos por litro, tres veces más que el océano- y otros minerales que le otorgan al agua y al fango propiedades terapéuticas similares a las del Mar Muerto.
La reducción de Mar Chiquita empezó en el 2017, lo que hizo que aparezcan escombros de Miramar. En el día de hoy, la cuota máxima de la laguna está seis metros por debajo de su cota máxima, lo que explica la aparición del pueblo hundido hace 45 años. (Con información de Diario Popular)
