Un número de expediente. Es todo lo que se logró hasta ahora en la búsqueda que desde hace décadas lleva adelante un grupo de vecinos para lograr que el estado provincial destine fondos para la puesta en valor del templo existente en López Lecube.
A pesar de ser tan poco, el hecho fue bien recibido, teniendo en cuenta que jamás se ha logrado respuesta alguna, aunque más no sea por respeto o de forma, sobre los pedidos elevados.
Porque hay que ser claros: un número de expediente es apenas un poquito más que nada, pero la experiencia indica que puede ser una carpeta entre cientos que termina perdida y olvidada.
De hecho no hay un proyecto sobre las obras a realizar, ni presupuesto ni un plazo estimado de inicio. De allí el comentario de tomar esta “avance” como algo muy elemental
El inicio del trámite se relaciona con la visita que realizó al sitio el titular del área de Patrimonio Histórico bonaerense, Pablo Báez Escobar, lo cual al menos permite asumir que el funcionario tiene ahora conocimiento de la existencia del edificio.
Hasta ahora la única acción concreta a favor de reconocer el valor de la obra es su declaratoria de Patrimonio Histórico provincial en 1996, formalismo que reconoce su trascendencia pero que no ha permitido generar acción alguna a favor de su recuperación.
El templo nació a partir de una promesa del hacendado Ramón López Lecube, luego de salvar su vida de un ataque aborigen mientras recorría su campo. Inaugurada en agosto de 1913, luce vitrales y mármoles traídos de Europa, todos de un valor extraordinario.
Es además un sitio con un potencial turístico enorme y una obra magnífica en medio de la llanura. Un número de expediente es algo, pero un simple cambio de autoridades puede enviarlo al olvido. Es de esperar que el trámite completo sea llevado a la realidad. Lo que sería, quizá, un milagro. (La Nueva)