No son pocos los sectores que, al menos hasta el venidero lunes 20, han decidido detener el tiempo de las acciones. Esta postura de desensillar hasta que aclare tiene directa relación con el balotaje presidencial que se desarrollará —en medio de una gran expectativa— el próximo domingo 19 entre el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, y el de La Libertad Avanza, Javier Milei.
La incertidumbre ha ganado la escena, en especial por la aparente paridad entre los postulados a la presidencia de la Argentina para el período 2023-2027.
De este marco de importante connotación macroeconómica, el mercado ganadero no puede permanecer ajeno.
“Se ha ingresado en un impase en el que sólo se compra y se vende lo estrictamente necesario”, se indicó desde el Rosgan.
¿Una forma de ver el vaso medio lleno? El clima ha empezado a entregar cierta cuota de certeza en medio de este inesperado escenario permitiendo —de algún modo— destrabar algunas decisiones de siembra que hasta entonces estaban postergadas.
Lentamente comienzan a activarse las tan anunciadas lluvias de primavera permitiendo cortar, de esta manera, un extenso período de seca.

En los últimos días se han registrado lluvias en buena parte de la franja central, mientras se espera una semana de alta inestabilidad en gran parte del territorio nacional.
“Aun así, los tiempos de recuperación de los campos no son inmediatos. Si bien estas lluvias permitirían avanzar con la implantación de forrajes para reserva y algunos verdeos de verano, los potreros naturales demandarán —según la entidad— entre 20 y 30 días para responder, según las condiciones de cada ambiente”.
La hacienda
El estado general de la hacienda no es bueno y, aun pudiendo recuperar oferta forrajera en estos plazos, los ciclos biológicos tampoco son inmediatos; es decir, ya se descuenta un retraso importante en gran parte de los servicios.
El dato es que, este año, la faena de vacas ha sido muy elevada, especialmente durante los meses de extrema sequía.
Estacionalmente, la faena toca su punto máximo de oferta anual en los meses de junio y julio, para tender a la baja a lo largo del segundo semestre.
“Sin embargo, el momento de mayor faena de este año se anticipó unos dos meses, comenzando a registrarse momentos muy elevados de faena en los meses de abril y mayo”, se agregó.
Actualmente, la faena de vacas está cediendo.
Los datos preliminares de octubre muestran una caída en el ritmo diario de procesamiento del 14 % respecto del mes de septiembre, aunque el acumulado del año sigue superando, en casi un 25 %, lo faenado en 2022.
Otro tanto ocurrió con la salida de terneros.

“Destetes anticipados, una zafra relativamente rápida y un alto nivel de encierre también anticipado ha sostenido una abundante oferta de novillitos livianos desde la primera mitad del año (+11,4 % anual), cuando estacionalmente el período de mayor oferta suele verse a partir del segundo semestre con la salida de los animales terminados de los corrales”, se explicó.
Este adelantamiento en la faena de machos no hace más que restringir la disponibilidad de hacienda que permanece en engorde.
Desde hace seis meses, la faena de novillos es inferior a la del año pasado. Esta brecha tenderá a acrecentarse a medida de que los campos recuperen receptividad para retomar los engordes de primavera-verano.
Por el lado de las hembras, este desfasaje climático también está teniendo su impacto.
Al igual que los novillitos, las vaquillonas livianas también mostraron una elevada oferta en meses en los que, estacionalmente, esta salida no suele ser habitual.
A diferencia de las vacas, la faena de vaquillonas marca su máximo estacional hacia fin de año, para bajar a lo largo del primer semestre y alcanzar su mínimo en torno al mes de junio.
“Este año la faena de vaquillonas se mantuvo muy sostenida; incluso, durante los meses de baja, en gran parte impulsada por la oferta de hembras livianas que proveyó el feedlot. A su vez, en este contexto, la falta de novillos pesados también ha sido factor de presión sobre la faena de vaquillonas. Y lo sigue siendo”, se amplió.
La faena
En lo que va del año, si se estima el mes de octubre en base a traslados de hacienda, la faena de vaquillonas resulta un 12,5 % superior a la del año pasado.
“Considerando su patrón histórico, la extrapolación para lo que resta del año sugiere una faena de más de 4 millones de cabezas, una cifra que, medida sobre el stock de vaquillonas registrado a fines del año pasado, estaría arrojando una tasa de extracción superior al 50 %, poco compatible con lo que podría esperarse en un período de retención”, se aseguró desde el Rosgan.

“En definitiva, aquella retracción de oferta que meses atrás se esperaba ver una vez iniciada la primavera, también se ha visto postergada por la falta de lluvias, acrecentando en consecuencia la escasez de hacienda futura”, se indicó.
“Afortunadamente, el clima ha empezado a mover algunas fichas. Esto plantea —finalmente— un cambio de escenario tras la elevada faena observada en los meses previos”.
(Guillermo Rueda/La Nueva)