La noticia sacudió a la localidad completa de Daireaux cuando se conoció que el lunes 12 de febrero había fallecido Luna Álvarez Debali, joven de tan solo 21 años.
Su madre, Vivian Debali, dio precisiones este viernes en una extensa entrevista concedida a Radio Más, y especificó que el deceso se produjo luego de que su hija asistiera a una fiesta electrónica en Buenos Aires y consumiera éxtasis.
En efecto, hasta allí viajó para despedir a un amigo que se iba a España y en ese marco se dio la noche de celebración que culminó de la peor manera.
Con gran entereza, la mujer se sentó delante del micrófono para, según dijo, concientizar sobre el uso de estas “drogas sociales” y para que “no haya otras Lunas”.
Explicó que los jóvenes consumen pastillas esporádicamente en algunas noches o fiestas pero que de ningún modo se trata de adictos por lo cual se hace mucho más difícil advertir la situación.
Una pastilla y media de MDMA, tal el nombre específico de la droga, fue la dosis que ingirió Luna y que alcanzó para que se precipite el triste desenlace. Dijo Vivian, además, que una pequeña dosis puede ser suficiente para provocar la muerte y que, según le explicaron expertos, los efectos varían de acuerdo al sexo de quien lo ingiere, siendo para las mujeres una droga aún más nociva que para los hombres.
Pidió a la sociedad toda que se aleje de los tabúes y que el tema se ponga sobre la mesa para, desde ahí, adoptar las medidas que sean necesarias y que permitan abordar un flagejo que se lleva vidas jovenes con mucha más frecuencia de lo que uno pueda llegar a imaginar.
Desde su visión, lo mejor es poder dialogar con los hijos, escucharlos sin enojos ni estigmatizaciones. Entender que el uso de estas “drogas sintéticas” son una realidad y que, en todo caso, habrá que trabajar en la prevención. “El negocio va a seguir existiendo, está en nosotros que ese negocio no sea la muerte de los chicos”, reflexionó.
No se cansó de agradecer a los médicos del Hospital Fernández que atendieron la urgencia de Luna e hicieron hasta lo imposible por salvar su vida.
Recordó a su hija como “una niña sumamente feliz” y aseguró que no le importa lo que puedan llegar a decir porque “yo se como era Luna”. “Era la reina del baile. Tenía un refrán que decía ‘voy a bailar hasta que me echen’. Se ve que la tierra le quedó chica”, dijo conmovida.
Asimismo, tuvo tiempo para agradecer a otro de los amigos de Luna que la acompañó hasta sus últimos minutos y a quien le pidió que “no se eche culpas”.
Durante los 30 minutos de entrevista, Vivian repite a menudo un mensaje que, al parecer, ha encontrado para darle un sentido a este escollo de la vida: “Transformar el dolor en lucha”, alzar la voz para que “ningún otro padre o madre viva lo que vivimos nosotros”. (La Mañana / Bolívar)