“Se ha decidido cambiarle el nombre al Centro Cultural Kirchner (CCK), dejará de llamarse como tal y se le dará paso a un nuevo nombre”.
Así resumió Manuel Adorni la determinación que tomó el gobierno nacional sobre el futuro del emblemático espacio creado por el gobierno kirchnerista.
Apenas se había iniciado la rueda de prensa en Casa Rosada cuando el portavoz presidencial realizó el anuncio que de inmediato empezó a tener enorme impacto en las redes sociales.
Al ser consultado sobre cuál será el nuevo nombre, Adorni apuntó: “No está definido, cuando lo definamos por supuesto se los vamos a comunicar. Pero la decisión está tomada en virtud de que no exista más como tal”.
Fuentes de Casa Rosada ampliaron que la motivación principal de esta decisión tiene que ver con que el nombre del ex presidente está vinculado a la “corrupción”; como alternativa de reemplazo apuntan a “alguien que sea de la cultura”. Y aunque no hay nada concreto, el nombre que empezó a sonar fuerte es el de Jorge Luis Borges.
El nombre del CCK siempre fue motivo de disputa entre el kirchnerismo (en su momento oficialismo) y diversos sectores de la oposición que más de una vez fantasearon con cambiarle la denominación.

En 2017, la administración que encabezaba Mauricio Macri amagó con avanzar en ese sentido y se generó un enorme revuelo. En ese marco, el por entonces titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, tuvo que salir a aclarar que la iniciativa que buscaba rebautizar el edificio como Gustavo Cerati no había surgido del Gobierno.
Sin embargo, el macrismo llegó a presentar en el Congreso un proyecto para que no se pueda poner nombres de personas a los edificios públicos hasta que no hayan pasado 20 años de su muerte.
De todos modos, en el kirchnerismo sospecharon que algo de esto podía suceder con el cambio de gobierno y el 8 de diciembre, dos días antes de la asunción de Milei como presidente, sorpresivamente retiraron la estatua de Néstor Kirchner que se encontraba en la puerta del Centro Cultural.
La escultura, que originalmente fue colocada en la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en Quito, Ecuador, llegó al CCK en octubre de 2020 como celebración del décimo aniversario de la muerte del expresidente. Luego fue colocado en la entrada del CCK y a finales de 2023 fue trasladado al municipio de Quilmes que gobierna Mayra Mendoza.
“Era una gestión que estábamos haciendo desde antes del cambio de gobierno. La intendenta solicitó permiso a UNASUR para el traslado”, detallaron desde ese municipio.
La directora del CCK, Valeria Ambrosio, negó que ese traslado haya sido una decisión de las autoridades libertarias: “La estatua se la llevaron, no se sacó. Se la llevó Cristina, nadie la sacó”.