“En el sector lechero, el tambo significa el 27 %; la industria, el 28 %; el comercio el 18 % y los impuestos, el 27 %, respecto del valor en góndola. Expresado de otro modo, si lo analizamos a nivel de cadena productiva, el 63% son costos de producción, 10% es el resultado y un 27% son impuestos”.
Lo dijo Nicolle Pisano Claro, economista jefa de la Fundación Argentina para el Desarrollo de la Argentina (FADA), tras la publicación del informe denominado Composición de precios, dando dimensión a la carga significativa en el valor final de un litro de leche en la canasta alimentaria de nuestro país.
En base al análisis (semestral) realizado para este mes de marzo, desde FADA se detallaron los principales resultados (a partir de los precios de entonces) para el caso de la leche. Estos son los principales resultados:
- La leche entera en sachet tuvo un precio (promedio) de 1.200 pesos por litro. De ese valor, el tambo explica el 27 %; la industria, el 28 %; el comercio, el 18 % e impuestos, el 27 %.
- Aquellos $ 1.200 están compuestos en un 62,5 % ($ 750) por costos de producción; 27,4 % ($ 329) impuestos y 10,1 % ($ 121) por la ganancia de la cadena.
- 1 de cada 4 pesos que pagamos por la leche son impuestos.
- El productor tambero recibió 332 pesos por litro de leche, un 199 % más que en agosto 2023 (lo que ha mejorado la situación del sector).
- El precio de la leche se multiplica por 4 desde que sale del campo y llega a la góndola.
- El maíz representa el 14 % del precio de la leche cruda (tambo) y el 3 % del precio final del sachet.
- De los impuestos que paga la cadena, 80,7 % son nacionales; 15,3 % provinciales y 4,0 % municipales.
- El IVA representa el 62,6 % de todos los impuestos.
Para contribuir a la transparencia y a reducir la desinformación sobre cómo se componen los precios de alimentos básicos de la canasta alimentaria, FADA elabora —en forma semestral— un informe sobre la composición de los valores de la leche, la carne y el pan.
Se analizan los eslabones que conforman la cadena, desde la producción primaria hasta que el producto final llega al consumidor. Se identifica la participación de cada uno de los eslabones y los costos e impuestos, con el fin de tener una clara imagen de por qué los alimentos valen lo que valen, y para identificar dónde pueden estar los principales problemas de cada cadena.
El precio del sachet alcanzó los $ 1.200 en el mes de marzo, un 215 % interanual superior. En términos comparativos, el rubro alimentos se ubicó con subas del 175 % entre marzo de 2024 y agosto de 2023, mientras que la inflación general trepó 162 % para el período analizado.
“En este caso, el precio de la leche aumentó 40 puntos por encima de la inflación, revirtiendo la situación de la cadena al compararlo siete meses atrás”, añadió Pisani Claro.
Si se analiza la composición del precio del sachet, desde la producción primaria hasta el consumidor final, 62,5 % son los costos de producción; 27,4 %, de impuestos y 10,1%, el resultado económico.
Respecto al mes de agosto de 2023, la participación de los costos bajaron 10 puntos porcentuales, los impuestos subieron 1,3 p.p y el margen de la cadena fue positivo (con un incremento de 9 p.p).
“Sin embargo, los costos de la cadena —en su conjunto— fueron superiores a la inflación, ya que se incrementaron en un 168 % (750 pesos), aunque por debajo de lo que aumentó el sachet de leche en góndola (215 %). En tal sentido, en la medición de marzo, los tres eslabones que conforman la cadena lograron tener un margen positivo en sus actividades”, sostuvo.
Cuando se analizan los impuestos que paga la cadena, más de la mitad son nacionales (80,7 %), mientras que los provinciales representan el 15,3 % y, en menor medida, los municipales con el 4 %.
“Si se considera la contribución de cada impuesto sobre el total que aporta la cadena, el IVA representa el 62,6 %, seguido de ingresos brutos con el 15,1 %. Sin embargo, en la medición de marzo, hubo un avance en la participación del impuesto a las ganancias en 6 puntos respecto de agosto de 2023”, comentó.
“Por otro lado, bajó la participación del IVA en 4 puntos, mientras que el resto de los impuestos se mantuvieron relativamente estables”, amplió la economista.
Participación por eslabones
Otra forma de mostrar la composición del precio es a través de la participación de cada eslabón sobre el valor final.
“Teniendo en cuenta los costos de producción y el resultado económico de cada eslabón, se calcula la participación de cada actor de la cadena. Como se observa, los impuestos están separados a fin de mostrar de que el Estado es un participante más”, indicó.
De 1.200 pesos por sachet, el productor tambero representa el 27 %; la industria, 28 %; el comercio, 18 % y los impuestos el 27 %.
“Si se comparan los resultados de marzo, respecto a agosto de 2023, la participación del tambo bajó 2 p.p, con costos de producción, sin contemplar los impuestos, que subieron en promedio un 138 %, mientras que el precio de la leche cruda aumentó 199 %, logrando cubrir los costos operativos, los impuestos de la actividad y obteniendo una rentabilidad”, explicó.
De los costos más importantes, como alimentos o estructura, rondaron en una suba del 132 % y 131 %, respectivamente.
La industria incrementó su participación en 2 % con rentabilidad positiva, mientras que el comercio redujo en un punto su participación. Se destaca el incremento en impuestos (con 2 puntos adicionales).
“Se debe recordar de que la leche es un producto de primera necesidad, un bien de atracción o de consumo masivo para el comercio que, cuando presenta margen negativo en su actividad, compensa dicha pérdida con otros productos de la cadena láctea”, señaló.
“Al no poder individualizar los costos del supermercado para cada uno de los productos, en la metodología se aplica una distribución de los distintos ítems de costos por cada peso vendido. Luego está en la estrategia del comercio a qué productos les anexa más o menos margen”, comentó.
Para vender leche a 331,68 pesos, el productor enfrentó costos estimados en $ 300 por litro y, si a eso se le suma los impuestos de la actividad por $ 10, se obtiene una ganancia de $ 22.
“El costo que más sufrió incrementos entre marzo de 2024 y agosto de 2023 fueron los de insumos como, por ejemplo, en sanidad y en reproducción. Sin embargo, el rubro alimentación también se vio afectado, sobre todo considerando la importancia que tiene en el margen de la actividad”, dijo Pisani Claro.
En base a la Dirección Nacional de Lechería, en agosto de 2023 se pagó 331,68 pesos por el litro de leche cruda (equivalente a U$S 0,39).
“Sin embargo, dada la heterogeneidad de la producción, la región donde se produce, tecnología aplicada, cantidad, calidad y condiciones de negociación con la industria, existe un amplio abanico de precios, que van desde $ 304,69 en la provincia de Santiago del Estero a $ 347,42 en San Luis”, comentó.
La alimentación aumentó un 132 % en el período marzo de 2024 y agosto de 2023. En este caso, el maíz representa el 14 % del precio de la leche cruda y 3 % del precio final del sachet.
La industria —por su parte— compra la leche cruda a 332 pesos, tiene otros costos por $ 292, paga impuestos por $ 36 y tiene como resultado $ 41, estimando el precio de salida de la industria $ 701 (por litro de leche).
El comercio compra el sachet a 701 pesos, incluye otros costos operativos por $ 153, paga impuestos por $ 79 y tiene un resultado de $ 59 por sachet de leche.
Finalmente, se incluye impuesto al IVA (que paga el consumidor final por $ 208) y se obtiene el precio final en góndola de $ 1.200. Es decir, el precio de la leche se multiplica por 4 desde que sale del campo y llega a la góndola.
Al analizar el costo de flete en toda la cadena, representa el 7 % del precio del sachet; esto es, por cada litro de leche que se compra en el comercio se pagan $ 84 en concepto de flete.
“Si se analiza por eslabones, el flete del tambo a la industria representa el 2,8 % del precio de la industria y el flete de la industria al comercio el 6,2 % del valor del comercio. Por otro lado, la mano de obra representa el 17 % del precio final, que es el acumulado, en gran parte, en el sector comercial. Por cada sachet de leche el consumidor paga $ 204 de salarios”, precisó la economista.
La metodología
En la construcción de la composición de precio, FADA procura mostrar conclusiones del análisis para el promedio de la producción, industrialización y comercialización de la leche, teniendo en cuenta que —a lo largo de toda la cadena— existe heterogeneidad productiva, tecnológica y de mercado.
En el primer eslabón (producción tambera) coexisten diferentes modelos productivos que impactan, directamente, en la estructura de sus costos y en los mecanismos de articulación con la industria.
Para este estudio se utilizó el modelo de un tambo con 152 vacas, con una producción de 21,9 litros por día y una carga animal de 1,45 (cab VT/ha VT).
El producto que se mide es la leche entera en sachet, uno de los productos de menor valor agregado de la cadena láctea. Se reconoce que, si se analizan otros productos más caros, la composición del precio, así como la rentabilidad, puede diferir de manera importante.
Desde FADA se aclaró que no se pretende que el indicador sea representativo de toda la cadena láctea.
Los datos utilizados provienen de diversas fuentes, como ser la Dirección Nacional Láctea (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación); informes del precio promedio que se paga al productor; Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec para el precio final del sachet y, adicionalmente, se trabaja con estados financieros de diferentes empresas publicados en la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Por otra parte, se cuenta con información de fuentes calificadas en cada uno de los sectores. Respecto a los impuestos que paga la cadena, se tienen en cuenta Ganancias, IVA, créditos y débitos bancarios, Inmobiliario Rural, Ingresos Brutos y tasas municipales.
La participación del maíz y del trigo
“En un contexto de alta inflación y variación de precios de los granos, principalmente cuando suben por efecto del mercado internacional, como ocurrió desde finales de febrero y durante marzo de 2022, comienzan a generarse discusiones sobre el impacto que tienen las variaciones de precios sobre el valor final que pagan los consumidores de algunos productos básicos”, dijo Pisani Claro.
Para brindar información sobre este punto se estimó la participación del maíz y del trigo en el precio final de cinco productos: carne porcina, aviar, bovina, leche y pan.
El maíz representa el 12 % del precio final de la carne de cerdo; 14 % en carne aviar; 8 % en carne bovina y 3 % en leche. Así, el trigo participa con el 10 % del valor final del pan francés.
Considerando los productos mencionados, el maíz representa —en promedio— el 9 % del precio que pagan los consumidores y el trigo el 10 % del valor del pan. Es decir, más del 90 % del precio de los productos analizados está compuesto por otros componentes distintos al grano como, por ejemplo, costos de otros insumos, mantenimiento, alquileres, sueldos, resultado económico, luz, gas, transporte, costos de comercialización, administrativos, impuestos y demás que, en una economía inflacionaria como la argentina, van aumentando a su ritmo.
El trigo aumentó 104 % entre agosto de 2023 y marzo de 2024. El impacto en el precio el pan debería haber sido del 10,4 %; sin embargo, el pan aumentó por efecto del trigo $ 78 y, por otros factores, $ 1.100. El maíz subió 135 % en pesos; es decir que el pollo hubiera subido 19 % por efecto del maíz, leche, 4 %, carne vacuna, 11 % y carne porcina, 16 %.
(La Nueva)