En un dramático episodio de inseguridad, que vuelve a dejar en evidencia el peligro de tener un arma de fuego en casa, un hombre mató de manera accidental a su hijo al pensar que entraban ladrones a su casa. Sucedió al filo de la medianoche del sábado en barrio Guiñazú, zona norte de Córdoba Capital.
El hombre quedó detenido y se espera que la fiscalía resuelva su situación procesal. La familia está destruida.
Todo sucedió el sábado al filo de la medianoche cuando un hombre escuchó ruidos en el patio de su vivienda ubicada en calle Del Moxeno 44 de Guiñazú. Al asomarse, según fuentes policiales, observó sombras y movimientos de personas, según diría luego.
Así fue que tomó una escopeta calibre 16 de doble caño, se asomó y, siempre según las primeras informaciones, efectuó al menos un disparo contra una silueta.
Fue entonces que, según diría luego, se produjo un desbande de esas siluetas por lo que efectuó un segundo disparo de escopeta. Luego, empezaron a escucharse gritos y pedidos de auxilio.
Tremenda fue la derivación de todo cuando el vecino comprobó que el joven herido era su propio hijo de 20 años.
Desesperado, llamó a su esposa y, juntos, lo cargaron en el Fiat Duna Weekend de la familia y lo trasladaron al Hospital Elpidio Torres, donde el cuerpo médico no pudo hacer prácticamente nada.
El muchacho falleció producto de un impacto en un omóplato. Rodrigo Pérez Marcani tenía 20 años. (La Voz)