Al ritmo que marcó Flamengo, Chelsea se vio obligado a seguir los pasos de la mejor capoeira carioca. Con una mezcla de garra y juego vistoso, el Mengao hizo que los ingleses bailaran desde el inicio hasta el final. Aunque comenzó abajo en el marcador, lo dio vuelta con carácter y autoridad: el 3-1 lo metió en los octavos de final del Mundial de Clubes.
Es cierto: la estadística dirá que el Chelsea se puso en ventaja con un gol de Pedro Neto, pero ese tanto no reflejó lo que ocurría en el juego. Desde el comienzo, Flamengo fue claramente superior: con un 60-40 en la posesión, impuso su ritmo y condiciones. La mejor prueba de esa superioridad quedó expuesta en los minutos posteriores al gol inglés: lejos de desmoronarse, el Mengao mantuvo su intensidad y siguió atacando con la misma convicción durante todo el resto del PT.
Todo el equipo funcionó en sintonía: la defensa mostró solidez adelantándose hasta el mediocampo para empujar al equipo hacia adelante, mientras que el doble cinco conformado por Jorginho y Pulgar se encargó de manejar los tiempos y distribuir con claridad. Desde ahí, las pelotas fluyeron hacia Gerson y Araújo, que desbordaron una y otra vez por las bandas en busca del centro preciso para que De Arrascaeta o Plata llegaran al área.
Hizo todo bien el Fla, aunque el empate tardó en llegar. Fue en el segundo tiempo cuando Bruno Henrique, que había ingresado desde el banco, marcó la igualdad y encendió la remontada. Apenas tres minutos después, Danilo apareció para dar vuelta el resultado con un gol que reflejó el dominio del Mengao. La expulsión de Jackson dejó al Chelsea con diez y terminó de inclinar la balanza: con más espacios y libertad para atacar, Flamengo siguió manejando el partido a su antojo hasta que Yan, cerca del final, selló el 3-1 final.
El Mengao lo logró. Batacazo sudamericano. Otro más. La segunda victoria CONMEBOL en este Mundial de Clubes: jugó bien, aplastó al Chelsea y se clasificó a los octavos de final.
(Ole)
