Colonia Lapin reabre las puertas del cine en el Centro Cultural para mantener vivo el legado cultural y proyectará «La familia Bélier», el próximo sábado 30 de octubre a las 21 hs.
La película narra la vida cotidiana de una familia que posee una granja en un pequeño pueblo. Todos los integrantes de la misma, a excepción de la hija mayor, Paula (Louane Emera), son sordos.
Un día Paula decide, por probar, apuntarse con una amiga a clases de canto. Este hecho, aparentemente trivial, hace que su profesor descubra que tiene un talento innato para la canción, y le propone presentarse a un concurso de jóvenes talentos que tiene lugar una vez al año en París.
Esto supondrá para la joven un conflicto entre sus propios deseos y sus obligaciones en la granja con su familia.
El centenario del pueblo fue la chispa para decidir reflotar el centro cultural, lo que finalmente ocurrió justo antes de la pandemia. En estos días, con la baja de casos de Covid y la población vacunada, retoma su esplendor con películas y los viejos debates.
“Armamos una comisión y nos propusimos la puesta en valor del centro cultural: cambiar techos, pintar. No estaba muy destruido pero faltaba mantenimiento, limpieza, corte de pasto, estaba en abandono. Se hicieron baños nuevos, se acomodó el escenario, los pisos. Y el día del Centenario hicimos una jornada cultural y recuperamos todas sus actividades”, contó a Infobae José Piro, uno de los más interesados en renovar la vida de Lapin.
El día del Centenario finalmente organizaron una jornada cultural y volvieron todas las actividades originales. Ese fin de semana de 2019 al pueblo llegaron 300 personas de todo el país, e incluso del exterior. Parientes de los primeros pobladores. Piro y sus amigos incluso lograron juntar a los integrantes del conjunto musical que animaba las noches de fiesta, después de 30 años de no verse: “Fue muy divertido y muy emocionante”.
Además, un grupo de teatro de Rivera puso en escena la obra “Madre tierra”, que se había hecho para el 50 aniversario de Colonia Lapin en el mismo centro cultural. “Medio siglo después eran los nietos de aquellos actores”, se conmueve Piro.
Todo estaba guardado en los cajones de la gente que alguna vez habitó el lugar. Estaban los libretos guardados de las obras teatrales, como Madre tierra otras. Había vecinos que guardaron viejos videos y películas. “Hubo cooperación de todos, por el arraigo y el sentido de pertenencia”, comenta José. Además se conservaban afiches y otros objetos que ahora hacen pensar a estos vecinos en armar un museo histórico que se incorpore al circuito turístico de esa zona de la provincia de Buenos Aires.
El día del 100 aniversario se inauguró el nuevo cine y la primera película en proyectarse fue la que hizo Piro con los testimonios de los vecinos sobre la vida en la colonia. “Soy de Lanús, me fui a vivir a Colonia Lapin y me instalé y me empezaron a contar un montón de historias. Y pensaba que tenía que quedar reflejado. Estuve 10 años recopilando información, guardando videos, testimonios. Y para el centenario armamos la película”, comenta.
Junto a otras 10 personas, Piro trabajó para devolverle al pequeño páramo el esplendor de otro tiempo y también para mantenerlo. “Formamos una comisión, mantenemos, pintamos, ponemos luces, hacemos actividades, tratamos de mantener la actividad viva. Habíamos empezado con actividades una vez por mes antes de la pandemia, estuvimos parados un montón de tiempo. Ahora retomamos”, comenta el hombre.
El próximo sábado 30 proyectarán “La familia Belier”, una película que narra la vida de una familia en el campo en Francia. “La idea es mantener la temática original los debates, aunque no son como los de antes”, ríe Piro. Es que según su reconstrucción había veces que las películas que se daban los sábados generaban tantos debates y controversia que se volvía a proyectar el domingo “para afinar los argumentos de quienes discutían”.
Actualmente en la Colonia Lapin viven unas 40 personas; un cuarto trabaja en la fábrica de lácteos Cooperativa Tamberos Unidos Barón Hirsch, cuyo nombre rinde homenaje al Barón Moritz von Hirsch, filántropo que dirigía la Jewish Colonization Association (JCA) que compró y repartió las 10.000 hectáreas del lugar para los migrantes judíos. Al jardín de infantes asisten nueve chicos y a la primaria, 11. “Que haya 20 chicos en una población de menos de 50 es esperanzador”, comenta Piro, quien recuerda la vida de los primeros colonos que llegaron de Rusia: “Hacían un pozo y vivían con una lona encima. Y decían: ‘o nos cagábamos de hambre en Rusia o veíamos cómo podíamos subsistir acá’”.
En Colonia Lapin quedan muy pocos ancianos. La mayoría se fue a vivir a Rivera. Son los más viejos, los de 90 años, los hijos de los primeras inmigrantes, los que pisaron esta tierra con la esperanza de una nueva vida. Piro no pierde la capacidad de asombro: “Es impresionante porque están grandes pero desde que inauguramos, cada vez que hacemos actividades ellos están”. (Infobae/Diario de Rivera)