La nueva primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, anunció el jueves sus primeras medidas en el cargo, todas ellas destinadas a contener la inflación y frenar los estragos de la crisis energética. La batería de medidas incluye la congelación de precios de las facturas de gas y electricidad durante dos años para los hogares, fin de una moratoria a la fractura hidráulica y reexaminar los objetivos climáticos.
La congelación de precios representará un ahorro de unas 1.000 libras (1.150 dólares) al año por hogar en comparación con la subida del tope tarifario que estaba prevista para el 1 de octubre, precisó Truss en el Parlamento dos días después de su nombramiento en reemplazo de Boris Johnson.