«Hace 10 años estábamos construyendo y no la habíamos terminado la casa, ahora con esto nos faltan 10 años más» afirmó con pesadez a A24 Gonzalo, un vendedor ambulante de 29 años que fue uno de los tantos damnificados de las inundaciones de Bahía Blanca, el cual perdió todo y que señaló que lo único que pudo salvar fue la ropa de la escuela a su hijo «porque por lo menos al colegio va a volver».
Gonzalo estaba construyendo su casa de a poco, vive en Bahía Blanca con su pareja y su hijo (de 6 años), y hoy en día debido al temporal duerme en su camioneta para cuidar su hogar. «Hace cuatro días estoy durmiendo en la camioneta», dijo el damnificado mientras caminaba descalza, con los pies lastimados, por el agua que todavía no desagota y que persiste en el interior de su casa.
El momento de desesperación que vive Gonzalo debido a las inundaciones en Bahía Blanca
Además, contó cómo fue la desesperación del viernes pasado al percatarse de que el agua de la lluvia no drenaba, poniendo en peligro la vida de su señora y su hijo: «enseguida un amigo se puso a disposición, vino a buscarme cuando estaba hasta el pecho de agua y se los llevó. Yo me quedé». Gonzalo permaneció en su domicilio para, además de evitar robos, que no se arruinaran los vidrios de la casa, sin embargo pronto dejó entrar el agua «porque en un momento ya no me daban más las manos para todo».
En un momento de la nota, Luis Novaresio le preguntó al vendedor ambulante por su alias, así las personas que estaban mirando y deseaban colaborar con él para la reconstrucción de su casa podían hacerlo. La recorrida por el hogar pasado bajo agua continuó, mientras Gonzalo relataba cómo habían vivido la tragedia. A su vez, se conectó al médico infectólogo Hugo Pizzi para que diera las recomendaciones y precauciones necesarias para las lastimaduras que el afectado poseía en los pies.
Tan solo 20 minutos después, Gonzalo revisó su teléfono que estaba por quedarse sin batería y se lo entregó al movilero absolutamente conmovido. En su cuenta de banco, donde antes tenía alrededor de 900 mil pesos, había 40 millones. Entre lágrimas, sollozos y pocas palabras, Gonzalo agradeció a todas las personas que ayudaron, a Luis Novaresio y aseguró que, en cuanto pudiera resolver lo esencial, seguiría ayudando a los vecinos.
(MdZ)