Los Guns N’ Roses hicieron explotar el estadio Monumental de River Plate durante tres horas con un gran concierto de rock, recordando sus viejos éxitos con su característico sello.
En el marco de la gira «South American Tour 2022″, Axl Rose, Slash y Duff McKagan demostraron su talento arriba del escenario y cautivaron a más de 60 mil personas.
El concierto llegó a cinco años de su último show en el país, cuando en octubre de 2017 actuó en el Estadio Único de La Plata junto a The Who, y a 30 de su primer desembarco.
La banda hizo gala de una envidiable entrega y, a contrapelo de los tiempos que corren, se despachó con un extenso show de tracción a sangre, en el que abundaron los solos de guitarras, los sonidos de wah-wah, y las macizas bases rítmicas.
En ese contexto, la presencia escénica de Axl Rose y el perfecto estado musical del guitarrista Slash se llevaron todas las miradas; mientras que el contundente repertorio agregó el ingrediente faltante para que sea la noche soñada por los fans, aunque también por cualquier amante del rock.
Fueron 29 temas con apenas unas pocas baladas para tomar aire, aunque claro que siempre con las guitarras estridentes y las monolíticas bases poniendo el sello del grupo.
La espera terminó a las 21 cuando las pantallas ubicadas al fondo y a los costados del escenario del Monumental mostraron una animación en la que un robot exploraba una suerte de antiquísimo templo hasta que una enorme bola con el logo del grupo comenzó a perseguirlo hasta aplastarlo.
Acto seguido, el grupo irrumpió con «It´s So Easy» y «Mr. Browstone», de su disco «Appetite for Destruction», a lo que siguió «Chinese Democracy», toda una prueba de que la recorrida, si bien iba a hacer base en los álbumes históricos, no dejaría de lado el material menos popular, y también más cuestionado. Por caso, de la producción de 2008 que llevaba el título de la última canción mencionada también interpretaron Sorry y Better»-.
Luego, comenzaron a aparecer los éxitos con «Welcome to the Jungle», «Live and Let Die», «Double Talkin´ Jive», «You Could Be Mine» y «Rocket Queen», entre tantos. Por su parte, el bajista tomó el micrófono para el cover de Misfits «Attitude» y «Civil War» regaló un instante épico.
Para cuando se estaba por ingresar en el último tramo del show, el grupo que nunca hizo concesiones en su música al cruzarla con distintos géneros y no sacó la cabeza más allá del rock duro y sus vertientes ya había confirmado que, a pesar de algunos matices, el espíritu artístico que tenía la banda en su primera visita de 1992 estaba intacto.
Sin embargo, aún se había reservado algunos platos fuertes. «Sweet Child of Mine», «November Rain» con Axl en el piano, «Knocking on Heaven´s Door» y «Nightrain», además de la acústica «Wichita Lineman», cerraron casi tres horas de un aplastante show.