“Finalmente, he instruido al MECON para enviar al Congreso un proyecto de ley para tratar en sesiones extraordinarias, que prevea presupuestariamente los recursos necesarios para hacer posible cumplir la manda judicial conforme dispone la Ley 23.982 en su artículo 22”. Con ese mensaje en su Twitter, el presidente Alberto Fernández buscó ayer una salida a la disputa judicial abierta entre la Nación y la Ciudad por un porcentaje de los recursos coparticipables.
El anuncio fue al final de un hilo de tuits en el que aseguró que –por ahora– el Gobierno acatará el reciente fallo de la Corte Suprema con bonos a 90 días. Pero lejos de cerrarse, la polémica sigue abierta. Es que el Presidente ensayó una estrategia hacia adelante y, en una disputa entre jurisdicciones que tiene al Poder Judicial como campo de batalla, pateó la pelota a otro poder del Estado: el Legislativo.
De Economía al Congreso no se envió hasta el momento ningún proyecto de ley sobre la coparticipación en favor de CABA y hay una gran incógnita por si el mandatario convocará a sesiones extraordinarias durante el verano de 2023 para discutirla, según recogió elDiarioAR tanto de fuentes oficialistas como opositoras.
Además, en el Palacio de Hacienda se comenzó a discutir la posibilidad de que haya un aumento de impuestos para compensar los fondos que se destinen a la Ciudad. Hoy podría haber definiciones al respecto, supo este medio de fuentes cercanas al ministro de Economía, Sergio Massa.
Hasta el momento, el tigrense se mantuvo al margen de la pelea de Fernández con Horacio Rodríguez Larreta. En su entorno aseguraron que apenas hizo los aportes técnicos que el mandatario le consultó antes de anunciar que aceptaba el fallo de la Corte. Sin fondos disponibles, la decisión oficial fue acatar de manera transitoria el fallo con bonos TX31, títulos de deuda pública en pesos que pagan 2,5% por sobre el ajuste del índice CER.
¿Suba de impuestos?
La decisión presidencial de instruir a Massa a que elabore una ley especial sobre la coparticipación de CABA se debe, según justificó, a que en el Presupuesto 2023 no hay partidas asignadas para ese fin. Hasta ahora la Nación le giraba a la Ciudad el 1,4% del total coparticipable, una porción que el próximo año significarían aproximadamente 245.000 millones de pesos.
Esa cifra se duplicaría con el fallo de la Corte. Según estimaciones del ministerio de Hacienda porteño, con el 2,95% del total coparticipable –como restableció el máximo tribunal– el próximo año la Ciudad debería recibir unos $515.000 millones. La diferencia de $270.000 millones es la que debería contemplar el proyecto de ley que redacte Economía.
El equipo de Massa está haciendo las cuentas y estudiando de dónde poder sacar esos fondos. “Vamos a ver hoy, que habrá reuniones”, dijeron en Hacienda sobre la posibilidad de que evalúe subir impuestos para compensar la reasignación de coparticipación tras el fallo de la Corte.
Aunque no brindaron más detalles sobre qué gravámenes podrían recargarse en 2023, es probable que un articulado al respecto sea parte del proyecto de ley que el Presidente le instruyó escribir a Massa. Según anticipó el propio mandatario, “dicha norma deberá preservar el sistema federal vigente, no afectar los derechos reconocidos a las provincias argentinas y compensar las pérdidas que esta medida cautelar les produce”. En esa última frase estaría la clave.
La suba de impuesto emularía la estrategia que adoptó Rodríguez Larreta en la Ciudad cuando la Nación le quitó parte de la coparticipación en septiembre de 2020. Según el jefe de gobierno, CABA dejó de recibir desde entonces $252.500 millones. Por eso creó en el ámbito porteño el impuesto a las tarjetas de crédito y a las operaciones financieras. La semana pasada el alcalde dijo que haría cumplir su promesa de eliminarlos porque la Corte falló a su favor, pero fracasó en la Legislatura al no tener la mayoría especial de votos para aprobar la iniciativa sobre tablas. Deberá esperar al año que viene para que primero haga su derrotero en comisiones.
El Congreso, a la espera de la ley
Mientras tanto, en el Congreso hay más dudas que certezas y ya se respira un clima de vacaciones, al menos hasta febrero. En el despacho del jefe de la bancada del Frente de Todos en Diputados, Germán Martínez, no tenían conocimiento de ningún proyecto de ley. Tampoco de un posible llamado a sesiones extraordinarias, que deberían hacerse antes del 1 de marzo próximo y con un temario cerrado.
La misma situación se replicaba en el Senado, donde lidera Cristina Fernández de Kirchner, que hoy hará una aparición pública en Avellaneda, donde se presume que daría algunos lineamientos al respecto de la polémica con la Ciudad.
“Acá estamos en la nada misma”, comentó un operador parlamentario, ladero de una de las espadas legislativas del oficialismo. La mirada también desnudaba la falta de coordinación política, en un tema que es muy ajeno al clima social post-mundial y del cual parecía que el Presidente iba a mantener su postura de rechazo: “El FdT no tiene una política. Ni siquiera de supervivencia”.
En la oposición, por su lado, coinciden en dudar con creces sobre el anuncio de Fernández. Recuerdan que este año hubo sesiones extraordinarias que nunca se llevaron a cabo: la sorpresiva renuncia de Máximo Kirchner al frente del bloque de Diputados sumió al oficialismo a una crisis que aún no terminó de saldarse.
A la interna en el FdT además se suma la falta de contacto entre el oficialismo y la oposición. Los vínculos se rompieron hace un mes, cuando la presidenta de la Cámara baja, la massista Cecilia Moreau, anuló las designaciones de los diputados consejeros a la Magistratura. Eso hizo que fracasaran las dos últimas sesiones. Las ordinarias extendidas hasta este 30 de diciembre pasaron sin pena ni gloria, incluso en la Cámara alta, donde el kirchnerismo suele tener mayoría gracias al apoyo de aliados provinciales.
“Alberto no pudo convocar a extraordinarias cuando todavía se hablaba de vez en cuando con Cristina, ¿vos pensás que va a poder hacerlo este año?”, se preguntaron con sorna cerca de un importante senador de JxC.
“Lo del Presidente es pura dilación, entre la bravuconada y la cobardía”, consideró Juan Manuel Lopez, presidente del bloque de diputados de la Coalición Cívica. “Depende de él cuándo convocar a extraordinarias, pero es una excusa más para no cumplir el fallo. Es una máscara”, apuntó el dirigente de la fuerza de Elisa Carrió.
Si el eventual proyecto de ley que le asegure la coparticipación a la Ciudad contiene una suba de impuestos, se daría una situación particular al menos en Diputados: es que JxC ya se manifestó en contra de cualquier aumento de tasas y, como el FdT no tiene los votos propios para aprobar leyes, pondría a la oposición frente a un dilema. ¿Aceptaría los fondos, aunque provengan de una mayor carga en el bolsillo de los contribuyentes?
Como sea, la discusión recién sería post-enero. “El Gobierno está dilatando todo, probablemente manden el proyecto en febrero, pero no será el día 1”, se despacharon cerca de un influyente legislador radical que, mientras Fernández escribía su hilo de tuits, estaba en viaje hacia la Costa para pasar sus vacaciones. (elDiarioAR)