Hay historias reales que superan ampliamente a la ficción y una de ellas acaba de conocerse en Australia, de donde es oriundo Timothy Lyndsay Shaddock, quien navegó a la deriva durante más de dos meses en el Océano Pacífico y fue rescatado con vida por un buque que se lo encontró en medio de la nada.
Su embarcación, un pequeño catamarán de nombre «Aloha Toa», quedó inutilizable luego de que lo sorprendiera una fuerte tormenta, tras haber zarpado del puerto de La Paz, en Baja California Sur, EEUU a fin de abril y desde donde tenía pensado recorrer 3.230 millas (unos 6.000 km) para llegar a la Polinesia Francesa.
Pero Shaddock no viajaba solo sino en compañía de su perra «Bella», quien -según los expertos- resultó fundamental para que se mantuviera con vida, ya que ante la situación traumática de encontrarse solo en alta mar el tener con quien compartir la experiencia le permitió tener la moral en alto y había otra vida a la que cuidar, además de la suya.
Según fuentes de la marina mexicana, la embarcación estaba navegando «a palo seco» (sin velas y sin motor) y no contaba tampoco con medios tecnológicos que le permitieran comunicarse o saber su posición ya que se habían averiado.
Se encontraba a 1.200 millas (unos 2.200 km) de la costa de México cuando fue avistado por un helicóptero que acompañaba al barco atunero «María Delia» que es parte de la flota de la firma Grupomar/Tuny.
¿Cómo sobrevivieron Tim Shaddock y su perra Bella a la deriva?
Tras ser rescatado por el barco atunero, el hombre declaró a la televisora australiana Nine News que tanto él como su perrita sobrevivieron gracias a la ingesta de pescado crudo y agua de lluvia. Afortunadamente llevaba consigo un equipo de pescar que resultó esencial para nutrirse de lo que le ofrecía la naturaleza.
«He pasado por una prueba muy difícil en el mar y solo necesito descanso y buena comida porque llevo mucho tiempo solo en el mar», dijo un delgado y barbudo en un video difundido por la televisora. «Por lo demás, estoy muy bien de salud», añadió poco antes de que este marte el barco atracara en el puerto de Manzanillo, México.
Además de resolver la alimentación e hidratación, el marinero originario de Sydney debió ingeniárselas para buscar refugio del sol y de sus reflejos en el Océano Pacífico; así fue que usó los restos de su embarcación como protección y en ningún momento se quitó su gorro.
Tras pisar tierra firme, Shaddock aseguró sentirse muy bien, “es sorprendente, es algo que la gente me pregunta”. Señaló tener mucho amor por el océano y la naturaleza. Además, aprovechó por agradece al dueño de la empresa Grupomar/Tuny por estar ahí, donde más lo necesitaba, y dijo sentirse orgulloso y agradecido de que Bella, su perra, continúe con vida.
«Sólo quiero permanecer tranquilo, quiero compartir también, y también quiero compartirles esto que sucedió, gracias”, señaló. Ante la consulta sobre si volverá a lanzarse en una nueva aventura confirmó que efectivamente volverá a navegar y buscar a su familia.