Ley Lucio y Ley Brisa
La aplicación de la Ley 27.709, conocida como Ley “Lucio” también está paralizada. Se trata de la normativa que estableció la Creación de Plan Federal de Capacitación en Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes y el Programa “Crecer con Derechos”, para prevenir la violencia contra las infancias. Con un amplio consenso, la normativa se había puesto en marcha el año pasado y, entre agosto y diciembre, se habían capacitado a 20 mil agentes para todo el país. Hoy están inactivos.
La motosierra también alcanzó a la Ley de Reparación Económica de Niños, Niñas y Adolescentes, conocida como Ley Brisa. Mas de 1.400 titulares perciben una indemnización mensual. Sin embargo, no hubo más altas desde el 10 de diciembre de 2023.
Por otra parte, los apoyos económicos y técnicos a las Provincias, Municipios y ONGs también se interrumpieron. Hasta ahora no hubo ninguna transferencia presupuestaria ni técnica. Tampoco hubo nuevas capacitaciones a referentes de acompañamiento ni se renovaron los convenios vencidos para este fin con algunas provincias.
Despidos
En total, en la exSenaf hubo 348 trabajadores y trabajadoras despedidos. Las desvinculaciones se hicieron en tres etapas a lo largo de estos cuatro meses y así, los diversos programas fueron quedando inactivos. En muchos casos, se trata de agentes que fueron capacitados por el mismo Estado que hoy prescinde de ese capital humano.
El contexto para el ajuste es alarmante. Un informe reciente de Unicef estimó el incremento en los niveles de pobreza infantil en lo que va del gobierno de Milei. Según advierte la organización, un “ejercicio de microsimulación para el primer trimestre de 2024, revela un aumento ostensible de la pobreza monetaria de niñas y niños: de concretarse ciertas previsiones macroeconómicas la pobreza total ascendería a un 71% y la pobreza extrema a un 34%. En términos poblacionales, implicaría que 8,8 millones de chicas y chicos serían pobres y 4,3, indigentes. Esto es una alerta para la política pública ya que, de registrarse los valores estimados se estaría frente a una crisis profunda con grandes repercusiones en el bienestar no sólo actual sino también de largo plazo, a través de la denominada transmisión intergeneracional de la pobreza”.
Desde la Secretaría de Niñez y Familia del Ministerio de Capital Humano a cargo de Pablo De La Torre destacan que los montos de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la tarjeta Alimentar fueron duplicados y el Plan Mil Días tuvo un incremento de 500 por ciento. El monto de este último pasó de 3 mil a 20 mil pesos. Sin embargo, lo que advierten desde la Defensoría es que estas sumas se tornan insuficientes si, al mismo tiempo, se recortan todos los programas de asistencia nacionales. “No sirve solamente aumentar las percepciones si por otro lado quitás el acompañamiento en salud, crianza, en los Centros de Desarrollo Infantil o si cortás las obras para espacios de cuidado”, señalaron ante la consulta de Ámbito. “Dieron más dinero a la gente, pero desarticularon todas las políticas. El acompañamiento no existe más”, alertaron.
Desde la Defensoría comandada por Marisa Graham agregaron: “El temor es que se pierda la perspectiva de derechos de niñas, niños y adolescentes. Siempre trabajamos en la perspectiva de sus derechos en relación a sus familias. La preocupación de la Defensoría y los organismos de niñez de las provincias es que los facilitadores y capacitadores están siendo desvinculadas. Desaparece personal que fue capacitado durante años para estas tareas”.
Presupuesto
Entre las advertencias de Unicef Argentina está, además, la reducción en términos reales del presupuesto nacional y la discrecionalidad que implica la prórroga del ejercicio 2023.
“La falta de una Ley de presupuesto que transparente y explicite el plan programático del gobierno en relación con la niñez y la elevada discrecionalidad que da el esquema de presupuesto prorrogado a la asignación presupuestaria plantea riesgos significativos de desfinanciamiento de líneas presupuestarias clave para la garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes (NNyA)”, señala otro informe de la organización. Dicho estudio alerta que “con este presupuesto vigente se proyecta para 2024 una caída del presupuesto transversal de NNyA del 75% en términos reales respecto del presupuesto devengado en 2023, o el equivalente a 1,37pp del PIB (…) Considerando las proyecciones de inflación vigentes para 2024 (…) implica una caída del 75% en términos reales respecto del presupuesto devengado en 2023”.
Esta merma en la asignación de recurso, implica, además, un incumplimiento de la ley vigente. Así lo señala Unicef: “También implicará el incumplimiento a la Ley de Protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes (Ley Nº 26.061), que en su Artículo 72 establece la intangibilidad de los fondos destinados a la infancia, adolescencia y familia, y prohíbe las reducciones presupuestarias en relación con la previsión o ejecución de los ejercicios anteriores”.
Obra Pública
El recorte de la obra pública también alcanza a los centros de desarrollo infantil. En concreto, no continuaron las obras que tenían un 60% de ejecución, como se había prometido al inicio de la gestión de La Libertad Avanza. Tampoco comenzaron la construcción de centros de cuidado nuevos.
En concreto, las políticas de educación sexual integral, las Becas a estudiantes, el plan Conectar Igualdad, el Fondo de Incentivo Docente (FONID), los Fondos para la Defensoría de NNyA están siendo parte del ajuste. Hasta fue desarticulado el Plan ENIA para prevención del embarazo adolescente. Había sido instaurado por el gobierno de Mauricio Macri en 2018 y mostró un exitoso resultado con la baja de un 52% del embarazo adolescente. Así y todo, fue interrumpido.
(Ambito)