Sin embargo, sí representa un problema estructural el hecho de competir con estructuras poco transparentes, a las que se les ha hecho la vista gorda y que, bajo diversos artilugios, manejan dineros de dudoso origen y procedencia. En estas circunstancias, resulta imprescindible que el gobierno analice y actúe sobre el conjunto de factores adversos que están poniendo en serias dificultades al sistema productivo argentino. Actualmente, se configura una perspectiva muy delicada«.
Mientras tanto, la realidad es que la situación del grupo agroindustrial es más que compleja. Es que la deuda total consolidada de Agrofina y Los Grobo asciende a u$s207 millones, de los cuales u$s52 millones vencen en los próximos tres meses. Aunque las empresas cuentan con inventarios de rápida realización por u$s65 millones y caja disponible de u$s15 millones, estos recursos resultan insuficientes para cubrir sus compromisos inmediatos.
Más concretamente, no todo el valor de los inventarios puede transformarse en efectivo de manera inmediata. La venta de estos activos puede enfrentar demoras o descuentos en su valor de mercado. A su vez, los compromisos inmediatos son solo una parte de una deuda total de u$s207 millones. La realidad es que aunque logren cubrir los u$s52 millones, aún quedarían expuestos a la presión de otros vencimientos futuros.
En definitiva, según detallan en el sector, esta sería solo la punta del iceberg para Los Grobo porque se espera que sigan apareciendo cheques rechazados por falta de fondos mientras los productores y proveedores presionan por cobrar. Un combo explosivo.
(Ambito)