El pasado domingo, cientos de personas acudieron a la basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen, en Alba de Tormes, Salamanca, para contemplar el cuerpo de Santa Teresa de Jesús, expuesto por primera vez en 111 años. La santa, fallecida en 1582, permanece sorprendentemente conservada, lo que ha causado asombro tanto entre los fieles como en la comunidad científica.
El sepulcro permanecerá abierto al público hasta el próximo 25 de mayo, todos los días entre las 9 y las 22 horas, en el marco de una muestra que incluye misas, actos religiosos y actividades culturales dedicadas a la figura de la mística carmelita.

La santa está exhibida a través de un cristal, dentro de un féretro de plata y mármol, donde pueden verse su rostro momificado y uno de sus pies. El padre Marco Chiesa, en declaraciones oficiales, afirmó que las partes visibles del cuerpo “son las mismas que se mostraron en 1914”. Si bien la piel no conserva su color natural, la fisonomía del rostro de Teresa es claramente reconocible, lo que ha sorprendido incluso a los expertos en medicina forense y conservación.
Un caso que intriga a la ciencia

El cuerpo de Santa Teresa fue recientemente exhumado para ser objeto de un estudio científico. El objetivo es comprender las razones detrás de su extraordinario estado de preservación, aunque para muchos fieles no hay dudas: se trata de un milagro.
“Serán los especialistas quienes, después de su exhaustivo trabajo, nos den conclusiones”, explicó el padre Chiesa. “Sabemos, a partir de estudios similares, que podremos conocer datos de gran interés sobre Teresa y también recomendaciones para la conservación de otras reliquias, pero eso será en otra etapa”, agregó.

Mientras tanto, la muestra se convierte en un verdadero acontecimiento religioso y cultural, no sólo por el carácter sagrado de la figura de Santa Teresa, sino también por el interés científico que despiertan sus restos, preservados con una integridad que desafía el paso del tiempo y la lógica médica.