
El mundo del espectáculo debe lamentar hoy la partida de un actor de carácter que pronto logró dejar su huella en televisión, cine y teatro, pero también en el corazón de quienes lo acompañaron en sus diferentes trabajos. Arturo Bonín murió este martes, luego de una enfermedad que fue jaqueando su salud hasta una desmejoría que se hizo evidente los últimos días. El artista de 78 años estaba acompañado por Susana Cart, quien fuera su esposa desde hace casi 45 años, y sus dos hijos.
A través de más de 60 años de trayectoria fueron muchos los papeles que le dieron fama y prestigio. En el cine cabe recordar su interpretación protagónica de Enzo Bordabehere, en la película argentina Asesinato en el Senado de la Nación, donde junto a Pepe Soriano (quien encarnaba al también senador nacional Lisandro de la Torre) recrearon los hechos ocurridos durante la presidencia de Agustín P. Justo, que terminaron desembocando en el lamentable asesinato de Bordabehere. También marcó un antes y un después con su trabajo en Otra historia de amor, la ópera prima de Américo Ortiz de Zárate, la segunda película del cine nacional que ponía en un lugar central el inquebrantable lazo afectivo entre dos hombres.
Bonín amaba contar cuentos, relatar historias y repetir anécdotas. Esos relatos llenaban sobremesas, tardes de mates, pausas en grabaciones y previas teatrales. Tal vez por eso sea tan recordado su rol como narrador en Yo fui testigo, una serie de televisión emitida entre 1986 a 1989 que tenía por tema en cada episodio un acontecimiento real ocurrido en el país o la biografía de un personaje con trayectoria pública, que se desarrollaba entrecruzando el periodismo y la ficción, con guiones de Ricardo Halac y Juan Carlos Cernadas Lamadrid.
Si bien nació en el barrio porteño de Villa Urquiza, vivió su infancia y juventud en Villa Ballester, al norte del Gran Buenos Aires, donde comenzó su amor por la actuación. “Estudiaba química para la alimentación en un industrial de Floresta y, un día, mi amigo Rodi me contó que en el Comercial [Manuel Belgrano] de Villa Ballester, donde yo vivía, daban clases de teatro los sábados a la tarde. Lo único que pregunté fue: ¿Y ahí hay minas? Como me dijo que sí, que había un montón, fui y mentí: dije que era alumno de ese colegio y me creyeron”, comentó hace algunos años en el diario Clarín. Siempre recordó que cuando le contó a su padre que quería ser actor, lo llevó urgente al médico para que lo “curen”. El profesional lo calmó y le sugirió que confíe en la vocación del pibe. En su juventud trabajó como vidrierista, incluso cuando ya se dedicaba al teatro independiente.
Su última participación relevante había sido en La 1-5/18, la ficción de El Trece cuyo rodaje debió abandonar a la vez que su cuadro se iba agudizando. En la historia interpretaba al padre Ciro, el tío de Lorenzo, personaje encarnado por Esteban Lamothe. Fue justamente Lamothe quien hace unas semanas compartió en las redes sociales una de las últimas fotos de Bonín, en un alto en las grabaciones de la serie de Polka.
