Una familia bahiense hizo pública una situación particular, relacionada a la última pandemia por COVID-19: Norman Pezzutti recibió la vacuna de AstraZeneca en 2021 y adquirió como efecto colateral el síndrome de Guillain-Barré, por lo que demandó a la firma y al Estado.
Mónica Marcolini denunció que su marido «se vacunó el 28 de junio de 2021 y el 14 de julio volvió del trabajo a su casa con una parálisis facial y dolor en los pies; estuvo internado, descartaron un ACV, presión, lo habitual… no encontraron nada».
«Lo que tuvimos que esperar fue terrible, empezó a no poder caminar, hacía mucho esfuerzo —relató—. Hicimos todo tipo de estudios, pero no nos daban el diagnóstico exacto. Nos decían que era una polineuropatía desmielizante y que no tenía cura».
Invitada al programa Allica y Prieta que se emite de lunes a viernes de 15 a 16 por La Nueva Play, Marcolini señaló que «en Bahía lo trataban como algo que no iba a tener cura».
«El clínico particular, la primera vez que fuimos, nos dijo que no podía asegurar que no fuera producto de la vacuna. Como que lo mencionó al pasar. Y dijo también que lo tendría que denunciar», continuó.
Hasta que el 17 de septiembre, ya en el Hospital Fleni de Capital Federal, «nos confirmaron que era Guillain-Barré producto de la vacuna».
Conmovida, Mónica Marcolini cuenta que hoy su marido Norman Pezzuti está mejor, pero no tiene las mismas capacidades que antes. Al igual que en una presentación judicial en Córdoba contra Astrazeneca y el Estado, este matrimonio bahiense realizó la denuncia: "Primero dudamos… pic.twitter.com/CEkO9zB0Oj
— Diario La Nueva. (@lanuevaweb) May 15, 2024
El síndrome es un trastorno que afecta el sistema inmunitario del organismo, ataca los nervios y puede provocar la paralización de todo el cuerpo. «Los efectos se distinguían de otras vacunas porque los dolores empezaron en paralelo, en el rostro y en las piernas», contó Mónica.
«Nos explicaron que él no iba a empeorar y quedaba hacer una rehabilitación, que es especial, con kinesiología neurológica todos los días. Hay una medicación que no tomó a tiempo porque no estaba diagnosticado», agregó.
La mujer comentó que su marido trabajaba en un reparto en esa época y que debió dejar «o iba pero no hacía nada, solo para distraerse un poco».
«Ahora está bien, recuperó el equilibrio y la fuerza en las piernas… no es la vida que tenía antes, pero se recuperó y estamos contentos», mencionó.
También contó que accedieron a iniciar una demanda legal, pese a entender que «ningún dinero te devuelve la salud». «Con los gastos que tenés por todo esto, al margen de la obra social, empezamos a ver que ese dinero nos solventaría lo ocasionado por esta enfermedad que va a ser para el resto de la vida», respondió.
«Estamos en medio de un reclamo colectivo, con un abogado de Buenos Aires que tiene otros casos similares. Sabemos que va a demorar», completó.
(La Nueva)