Como muchos chicos del interior del país, a los 18 años Cristóbal Combes se fue a la ciudad para estudiar una carrera universitaria. No imaginó que a los 21 iba a tener que volver a sus pagos por una pandemia, y que al poco tiempo su nombre se haría viral por mostrar el trabajo del agro.
El joven es de Pigüé, una localidad del suroeste de la provincia de Buenos Aires, y estudia actuación en Capital Federal. Logró volver con su familia cuando se decretó la cuarentena estricta, y decidieron que pasarían el encierro en el campo.
“Nos costó conseguir el permiso para ir a trabajar juntos, no se podía ni salir a baldear la vereda. De hecho en esa época se me perdió un gato y no me dejaron ni salir a buscarlo”, contó.
Cómo se volvió viral
Ya instalado en el campo, Cristóbal empezó a compartir situaciones cotidianas con un toque de humor y llamó la atención de los usuarios. ¿Cómo toman agua los animales si el bebedero está congelado? ¿Cómo llega un choclo desde el medio de un cuadro al plato del almuerzo? ¿Cuál es la diferencia entre una ternera, una vaca y una vaquillona? ¿Y entre un toro y un novillo?
“Juntaba huevos y compartía el video, sin editar, sin nada, y empezaron a surgir preguntas que la gente de campo ya nace sabiendo, como cuántos huevos pone una gallina. Lo que pasó fue que después me llegaban dudas de personas que nunca habían ido al campo y también me empezaron a seguir muchos que se sentían identificados porque les preguntaban las mismas cosas”, dijo Cristóbal.
El joven tiene una comunidad de más de 240.000 seguidores en Instagram, y 3.200.000 en TikTok. “En mi familia al principio nadie entendía qué hacía con el celular, ni veían mis videos, pero después a mi papá lo empezaron a saludar en la calle, lo felicitaban y ahora soy como el famoso del pueblo”, relató.
Cristóbal cree que se viralizó porque “se despertó cierta curiosidad” sobre el agro: “Somos un país de campo, y nadie lo conoce. Muchos creen que el que tiene campo, tiene plata y no es así porque uno cede o pierde muchas cosas también. Un año cayó piedra, no hubo siembra y la pasamos muy mal”.
Pueblo, sexualidad y prejuicios
Más allá del humor y los trabajos diarios del campo, Cristóbal se convirtió sin buscarlo en un canal de comunicación. “Hay muchos chicos que, como yo en su momento, nos mentimos a nosotros mismos diciendo que nos gustan cosas que no nos gustan para ser aceptados”, dijo.
“Se sienten muy reprimidos, discriminados y hablamos de sexualidad, porque en el pueblo la vida es hermosa en muchos aspectos, pero hay tanto prejuicio que no podés ser libre”, explicó.
Si bien con su familia siempre tuvo un buen vínculo, reconoció que por la viralización de sus videos profundizó la relación con su papá. “Había detalles que me preguntaban los seguidores y por ahí no me acordaba entonces, como soy muy curioso, empecé a recurrir más a él para que me explique bien todo y no decir cualquier cosa en las redes”.
“Hay haters que me dicen que no soy un hombre de campo y te juzgan sin saber. Me critican por no trabajar con las máquinas y dedicarme más a alimentar a los animales de la casa; no tienen en cuenta que en la familia todos cumplimos roles diferentes”, contó.
Cristóbal Combes aseguró que no fue su objetivo volverse viral. “Lo empecé a hacer para divertirme y ahora creo que puedo difundir las costumbres del interior, y ayudar a sacar un poco el odio y el rechazo que hay sobre el campo; unir para mejorar”, reflexionó.
- Por Ani Kuper para TN