Una impresionante cantidad de hacienda muerta se registró en un campo de Corrientes y las imágenes se viralizaron en las últimas horas.
Según se pudo saber de fuentes de la producción en esa provincia, unas 240 vaquillonas de reposición de un plantel ganadero Braford murieron en un establecimiento a 12 kilómetros de Curuzú Cuatiá.
La pérdida económica superaría los $24 millones según distintas estimaciones en función del valor de la hacienda.
La hacienda, de unos 220 a 240 kilos por animal, estaba sobre un verdeo de raigrás. La causa del deceso supuestamente fue por una intoxicación con nitratos, algo que se está observando en zonas que se vieron afectadas por la sequía y quedaron con napas muy bajas.
En el establecimiento hay unas 900 cabezas y, hasta el momento, el lote con esa cantidad del ganado es el que se vio afectado. Fuentes del gobierno provincial señalaron que se registraron otros casos y que han realizado una campaña advirtiendo lo que podría pasar en el actual contexto.
Corrientes, 220 vaquillonas muertas por concentración de nitratos en verdeos pic.twitter.com/JqCrH3df7k
— Martín Steeman (@MartinSteeman) July 2, 2023
Por su parte, fuentes de las entidades del campo señalaron: “En el centro sur de la provincia y Río Santa Lucía hay una situación de desastre por la sequía; muchos recurrieron a verdeos para tratar de compensar la falta de forraje”. Agregaron que solo está disponible el 30% de la reserva habitual de pasto para pasar el invierno.
Fenómeno
Recientemente, desde el INTA se destacó que, las condiciones de déficit hídrico, con escaso acceso a agua, puede generar algunas modificaciones en el comportamiento de las plantas, entre otras y predisponer a una mayor absorción y concentración de nitratos.
“Estos son compuestos nitrogenados que se encuentran en el suelo y en el agua para ser absorbidos por las plantas para convertirlos en proteínas vegetales. En condiciones de déficit hídrico, las plantas se cargan de nitratos pudiendo alcanzar concentraciones tóxicas”, precisó.

Así, de acuerdo con profesionales de INTA Cuenca del Salado y el SDVE de Balcarce-, “las lluvias luego de un periodo de escasez hídrica permiten la reanudación del crecimiento normal de la planta y los nitratos acumulados para ser convertidos en proteína vegetal, pero este proceso puede tardar unos días en comenzar”.
“Esta acumulación de nitratos es más común en ciertos recursos forrajeros (verdeos, por ejemplo) y este proceso está potenciado además cuando se aplicaron fertilizantes nitrogenados previamente o cuando el suelo tenga concentraciones altas de nitrógeno previo con cultivos que no los utilizaron. Además, las fuentes de agua para el ganado también pueden contener altos niveles de nitratos”, dijeron.
El INTA aconsejó: “Combinar el cultivo potencialmente peligroso, con otra oferta forrajera, de esta forma disminuyendo la dosis tóxica por un efecto de dilución y a su vez evitamos que los animales entren hambrientos al cultivo”.
Y recomendaron “realizar un consumo gradual de estos recursos forrajeros potencialmente tóxicos, permitiendo la adaptación de la microbiota ruminal”. Remarcaron la importancia de “considerar los 7 a 10 días posteriores a las precipitaciones, tras un período de sequía, como el tiempo de mayor riesgo de intoxicación”. (La Nación)