En la hora y diez que duró el discurso, el Presidente se encargó primero de pintar una herencia económica apocalíptica. Los políticos, los grandes responsables de la debacle. Nada nuevo hasta allí: una repetición del acto de asunción del 10 de diciembre, en aquella oportunidad a espaldas del Congreso. Un escenario acorde al tono mesiánico que adoptó luego, donde Javier Milei llamó a todos los sectores a acompañarlo en su plan refundacional para “pasar a la prosperidad como patriotas”. O estar en la vereda de enfrente ys ser parte de la “casta empobrecedora” que recibe beneficios personales. Una línea divisoria que no acepta desacuerdos, ni opiniones de reparo. Quien no esté en favor de la propuesta de Milei es lisa y llanamente parte de la casta.
“Quiero convocar a que depongamos nuestros intereses personales y que nos encontremos en la provincia de Córdoba el próximo 25 de mayo para la firma de un nuevo contrato social, llamado Pacto de Mayo”.
Fiel a su estilo confrontativo, aclaró que no tenía “demasiadas esperanzas” de que gobernadores, líderes partidarios y figuras del sistema político tradicional respondan a su llamado. “Quiero que me demuestren que estoy equivocado, que demuestren que podemos anteponer los intereses de la nación a los miserables intereses electorales”, desafió Milei.
El discurso del Presidente comenzó con un tono sobrio y por momentos monótono en el que abundaron datos económicos de la herencia que recibió tras “décadas de populismo” y una enumeración de las medidas de austeridad que su gobierno tomó en poco más de 70 días de gestión.
La oposición se mantuvo inconmovible durante casi toda la alocución presidencial. Así lo habían definido de antemano tanto el peronismo como el radicalismo y el bloque dialoguista que conduce Miguel Ángel Pichetto. Todos anticipaban las críticas de Milei pero era una incógnita qué nivel de virulencia tendrían.
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Ante ese escenario, todos los espacios coincidieron en que lo mejor era no convertir la Asamblea Legislativa en un circo y optaron por la moderación. Con la excepción del diputado de extracción sindical peronista Mario “Paco” Manrique, que decidió darse vuelta en su banca para darle la espalda al Presidente, el resto de los diputados y senadores simplemente optó por escuchar en silencio. Sin gritos ni chicanas.
La exposición de Milei fue ganando intensidad a medida que avanzaba en la lectura del texto elaborado en conjunto con su hermana Karina y su principal asesor Santiago Caputo. Llegando a la mitad, apuntó sin miramientos contra el radicalismo por el “silencio de los que se dicen republicanos” ante la encarcelación de dos tuiteros que incomodaron al ex gobernador Gerardo Morales.
Luego continuaron las críticas a los gobernadores por su resistencia a recortar gastos, para culminar con el anuncio de un nuevo paquete legislativo “anti casta” que enviaría próximamente al Congreso.
Este incluirá la eliminación de las jubilaciones de privilegios para presidentes y vices, el tope a la reelección en los sindicatos, la prohibición de presentarse a elecciones para los políticos con condenas en segunda instancia, el descuento de los días de paro para los empleos públicos, la eliminación del financiamiento público de los partidos políticos y la penalización con cárcel de la financiación al Tesoro con emisión monetaria.
Tras el anuncio y ante la actitud pasiva de la oposición, desde los palcos estalló uno de los cánticos que resonó con mayor fuerza: “No aplauda, la casta no aplaude, la casta no aplaude”.
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En los palcos se destacaba la figura de Santiago Caputo, estratega de la comunicación del gobierno, que vigilaba desde el primer piso con una sonrisa, junto a José Rolandi, vicejefe de Gabinete. El propio Caputo se encargó de iniciar los aplausos en varios tramos del discurso presidencial.
De frente al estrado de la Presidencia, también estaban Zulemita Menem, hija del fallecido presidente, estaba junto a Eduardo “Lule” Menem, flamante subsecretario de Gestión Institucional de la Secretaría General de Presidencia.
Si bien el punto fuerte de la noche fue la convocatoria a la oposición, Milei dejó en claro que piensa avanzar con su plan de reformas incluso si no consigue consensos políticos.
“El camino de la confrontación no es el que elegimos. Si bien no elegimos el camino de la confrontación, tampoco le escapamos. No buscamos ni provocamos la confrontación. Venimos a poner nuestra energía en construir lo nuevo. Pero si lo que buscan es el conflicto, conflicto tendrán”, anunció desafiante y aclaró que a diferencia del resto de los políticos él no está “pensando en la próxima elección”.
Milei llamó a dejar atrás las “antinomias del pasado” y plasmar en el Pacto de Mayo diez políticas de Estado “que el país necesita para abandonar la senda del fracaso”.
El plan refundacional libertario incluirá los principios de inviolabilidad de la propiedad privada, equilibrio fiscal, reducción del gasto público, reforma tributaria, rediscusión del régimen de coparticipación, el compromiso de las provincias en avanzar con la explotación de los recursos naturales, una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal, una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, una reforma política estructural y la apertura del comercio internacional.
(Ambito/Infobae)