Frente a las altas temperaturas que presentó el país durante las últimas semanas, todas las esperanzas están puestas en el comienzo del otoño. Sin embargo, la llegada de esta estación no necesariamente garantiza el fin del calor.
¿Cómo estará el clima durante el otoño?
Según el SMN, «Los meses otoñales suelen ser bastante lluviosos, especialmente en el norte del litoral argentino y en el sur de Patagonia. El noreste del país suele recibir, en promedio, más de 400 mm de lluvia durante esta temporada, y para muchas ciudades, marzo y abril constituyen uno de los meses más lluviosos del año«.
En Patagonia, el organismo adelantó que «el aumento en la cantidad de frentes fríos favorece una estación más húmeda que el verano«. Esto se ve reflejado principalmente en el extremo sur del país y en la cordillera, donde los eventos de lluvia y nieve se vuelven más frecuentes.
En tanto, en el resto del país, el otoño -sobre todo su comienzo-, suele tener precipitaciones frecuentes, aunque se hacen más espaciadas a medida que nos acercamos al invierno.
En cuanto a las temperaturas, hay que considerar que es una «estación de transición», informó el SMN. «Marzo suele tener periodos muy calurosos, incluso alguna ola de calor. Pero ya en abril y mayo predominan valores templados a frescos y jornadas con mucha amplitud térmica«, sumó.
Y concluyó: «En el norte argentino, estos cambios de temperatura son menos pronunciados, y las temperaturas cálidas predominan gran parte de la estación».
¿Cuál es la diferencia entre equinoccio y solsticio?
El equinoccio (palabra con origen en el latín aequinoctium: noche igual) marca el comienzo del otoño y la primavera, y sucede cuando el día tiene la misma duración que la noche. Desde ese momento, los días comienzan a ser ser cada vez más cortos, en el caso del otoño, y más largos, durante la primavera.
Durante este tiempo, el sol está posicionado exactamente sobre un punto de la línea ecuatorial, y la luz y el calor se distribuyen de forma similar en ambos hemisferios.
Por otro lado, el solsticio (del latín solstitium: sol quieto) marca el inicio del verano y el invierno. Se produce cuando la Tierra coincide con los extremos del eje mayor, por lo que en el verano es el día con la noche más corta del año y en el invierno, la noche más larga.