El INDEC publicó este miércoles el dato de PBI correspondiente al último trimestre de 2023, que mostró una caída interanual de 1,4%, con bajas en consumo (-1,5% en el sector privado y 3,2% en el público); la inversión (-6,8%); las exportaciones (-6,3%); y las importaciones (-1,8%).
Para este año, los analistas no esperan una recuperación, ya que el retroceso del año pasado deja un arrastre negativo importante. Al mismo tiempo, el ajuste que impuso el Gobierno no colabora para impulsar la actividad económica. En ese sentido, anticipan que el mejor escenario sería que la actividad detenga su caída antes de mitad de año, pero descartan que eso genera un rebote de punta a punta de 2024.
Los primeros datos que se conocieron de 2024 no son alentadores:
- El índice de producción industrial (IPI) de enero mostró una caída interanual de 12,4% y un retroceso de 1,3% mensual desestacionalizado.
- En enero de 2024, el índice de la construcción anotó una variación negativa de 10,2% respecto al mes anterior en la serie desestacionalizada. Con respecto al mismo mes del año pasado, la caída fue de 21,7%.
- Con respecto al comercio exterior, en el primer bimestre de este año las exportaciones crecieron 7,5%, pero las importaciones se desplomaron 16,3%. Este último dato es una muestra de la recesión en curso, ya que la industria local necesita insumos importados para producir.
“El último trimestre de 2023 deja un arrastre negativo de casi un punto del producto, por lo que de entrada ya estás abajo. Si a eso le sumas que a principio de año, por el ajuste, el consumo y las importaciones se desplomaron, se dificulta aún más la recuperación en 2024″, sostuvo Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go.
Y agregó: “En algún momento, se deja de caer y eso bien podría pasar en el segundo trimestre del año. Ahora bien, difícilmente la recuperación de la segunda mitad del año sea tan fuerte como para que en el año haya un crecimiento”.
“Va a ser muy difícil que 2024 no termine con una caída promedio versus 2023. Nosotros estamos trabajando con una estimación de -3,5%. Eso no quiere decir que el año sea todo parejo. Puede ser que haya un piso en el segundo trimestre y se empiece a crecer en el tercero y cuarto. Ahora bien, eso sujeto a que no haya nuevos episodios de estrés. Si el Gobierno logra blindar el plan fiscal, aprobar la ley de Bases y el DNU, es un escenario. Si empieza a tener problemas con cualquiera de esos tres frentes, se complica”, coincidió Federico González Rouco, economista de Empiria.
Nicolás Alonzo, economista de OJF, se alineó con sus colegas: “Estamos esperando una caída de 3,2% en promedio para este año. Más allá del repunte del segundo trimestre por la imputación del agro, estamos previendo cierto ‘rebote’ en el segundo semestre. Obviamente, esto es condicional a que la inflación se modere como planteamos en nuestro escenario base, y a que las restricciones cambiarias comiencen a levantarse. De todas maneras, no esperamos que sea algo muy significativo”.
El agro impulsa, pero el consumo interno no repuntará
Si bien los economistas coinciden en el aporte positivo que la cosecha y sus exportaciones harán al PBI de este año, reconocen que la contribución no alcanzará a contrarrestar la caída del consumo interno por el ajuste en los salarios.
Sobre ese punto, González Rouco detalló: “Sabemos que al agro le va a ir muy bien porque la base de comparación va a ser el año pasado, que tuvo una sequía histórica, y este año la cosecha será buena. Pero la actividad del agro suele ser muy focalizada. Si bien derrama en industria, logística y construcción, no tiene efecto en el mercado interno. También al sector de energía y minería seguramente le siga yendo muy bien porque empezó a crecer hace poco y todavía tienen mucho margen”.
En el otro extremo, consideró que el resto de los sectores van a tener un año muy difícil. “Todo lo que tiene que ver con el consumo interno, como industria, construcción, educación, salud, ya viene muy golpeado”, sostuvo. Y completó: “Aun en el mejor de los escenarios, este año el salario real va a caer al menos un 10%. Es decir que, en promedio, la gente va a tener un salario 10% menor en 2024 al que tuvo en 2023. Si llega a haber una mejora en los ingresos, tanto salariales como de jubilaciones, y se sostiene, podríamos ver un piso en el segundo trimestre y recuperación en la última parte del año”.
Finalmente, Garay Méndez mencionó a todas aquellas relacionadas con el ocio entre las que más sufrirán en 2024. “El aumento en precios regulados y alimentos y bebidas, hace que las familias tengan que ajustar el salario en actividades menos necesarias como restaurantes y hoteles o viajes. Después, industria y construcción son otros de los sectores que se van a ver más perjudicados”, señaló.
(TN)