Mientras acumula poder y amplía, hasta áreas inéditas, el rango de influencia del rol de una secretaria general de la Presidencia, Karina Milei se apoya en una selecta pero nutrida tropa de soldados incondicionales, que la asisten para abarcar cada vez más funciones y, sobre todo, respetan a rajatabla la orden inviolables de resguardar la política de hermetismo total que baja con severidad: conocen bien al “Jefe” y saben que hablar les puede costar despedirse por siempre de La Libertad Avanza.
Alrededor de Karina Milei habitan asesores políticos, de comunicación y jurídicos; consultores; asistentes con dedicación exclusiva las 24 horas; y ex periodistas, como el vocero Manuel Adorni. A varios los conoció a través del jefe de Estado. A otros, a través de su actual enemigo político, Ramiro Marra, y en lugares tan distintos como estudios de TV (quizá su principal semillero de relaciones políticas), el búnker de campaña en el Hotel Libertador, o en empresas de inversiones y entretenimiento.
A diferencia de su hermano, que importó desde su carrera en el ámbito privado a varios funcionarios que conoce desde hace 20 años, como Nicolás Posse o Guillermo Francos, la escenógrafa conoció a la mayor parte de su círculo político durante los últimos dos, aunque cerca suyo aseguran que conserva un grupo de amigas de antaño. Quizá, para disimular su tendencia a eyectar a todo aquel que la incomode.
Quienes trabajaron con ella, continúen o no en su entorno, admiten que es implacable, y se remiten a los casos del armador bonaerense, Carlos Kikuchi, que la acompañaba codo a codo el año pasado y cayó en desgracia después de las elecciones generales; el propio Marra, a quien intentó impugnar como presidente del bloque en la Legislatura, anteayer, después de correrlo prácticamente de todo lugar de peso; y del legislador Eugenio Casielles, entre otros miembros originarios del espacio que fueron eliminados del ecosistema libertario a instancias de Karina Milei en cuestión de semanas. Aunque por ahora no pudo, más allá de sus esfuerzos, deshacerse de Eduardo Serenellini, que cuenta aún con la protección del jefe de Estado.
“Acá no medimos las amistades por el tiempo que llevan, sino por su lealtad”, argumentaron en la Casa Rosada. Muchas veces, cuentan, Karina eligió a sus laderos por afinidad, más allá de la idoneidad. “Tiene una sensibilidad extra. Te quiere o no te quiere, percibe cómo sos muy rápidamente, y te acepta o te evita”, describen su modo de relacionarse. Su formato de liderazgo, por otra parte, es radial: en general se comunica uno por uno con los integrantes de sus equipos, excepto cuando se precipita uno de los eventos que se ocupa de preparar de primera mano, como el acto en el Luna Park de la semana que viene o la presentación de la versión partido de LLA en la Ciudad hace algunas semanas.
Los miembros de su anillo más cercano pueden dividirse en varios grupos. En primer lugar están aquellos que orbitan a su alrededor como satélites aislados, independientes. El caso paradigmático, quizá, sea el de Santiago Caputo, el consultor ex miembro de las filas de Durán Barba a quien conoció a través de Milei -y Marra- en 2021, y con quien entabló una relación de amistad y confianza extrema. El experto en campañas, que pasa los días enteros en Balcarce 50, interviene en la mayor parte de sus decisiones y es hombre de su consulta diaria para los asuntos más variados. También, del Presidente. “Nadie entiende la relación que tienen los tres, nunca se van a pelear”, dijeron sobre las diferencias de criterio que aparecieron esta semana con las idas y vueltas sobre el Pacto de Mayo, que fue ideado y planificado por ambos.
Muy cerca de Karina Milei aparece, también, el abogado Santiago Viola, ex defensor de los hijos del empresario kirchnerista Lázaro Báez, a quien conoció apenas después de que Milei resultara electo diputado nacional en 2021 y quien visita a la Casa Rosada casi todos los días para verla junto a “Lule” Menem. Los presentó un amigo en común cuando los hermanos buscaban a un especialista que los ayudara a redactar proyectos de ley. En particular, uno sobre cárceles privadas, tema sobre el cual Viola había profundizado.
Luego devino en un asesor jurídico todoterreno y estuvo cerca de ocupar el cargo de Secretario de Legal y Técnica (al final ganó la pulseada Nicolás Posse, que impuso a Javier Herrera Bravo). A la postre, quedó ubicado más cerca de Karina que del Presidente por el motivo de siempre: la reticencia de Milei a la política. Especialmente en los últimos meses, cuando la secretaria empezó a dedicarse, cada vez más, al armado del partido de LLA en los juzgados electorales de las provincias. Por último, el plan de Karina es designarlo como auditor en la Auditoría General de la Nación (AGN), una vez que esté aprobada la ley Baes.
El tándem de los riojanos Martín y Eduardo “Lule” Menem es, quizá, el más conocido. Muy criticados en el interior, donde se dedicaron a reunir poder y depurar el espacio desde el primer día post-triunfo, son los encargados de la estructuración política del partido de Milei y Karina. El primero que entabló una relación fue Martín Menem, en 2021, nuevamente, en los medios, a partir de las apariciones de Javier Milei en defensa del menemismo. Y si bien el vínculo con el actual presidente de la Cámara de Diputados se afianzó, desde que le asignó un despacho en el primer piso de la Casa de Gobierno, la funcionaria frecuenta más a Lule, a quien conoció posteriormente y se transformó en su ladero de mayor confianza para las negociaciones políticas y fue el testigo activo de la reunión con Cristian Ritondo la semana pasada.
Alguien describió la relación entre los primos como “un espejo” del Presidente y su hermana: “Martín es como Milei: el que pone la cara, se presenta como candidato y habla en TV. Lule es Karina, trabaja con otro perfil, pero es indispensable. Funcionan igual, por eso se entienden”.
Al dúo se suma, con igual importancia, aunque mayor distancia física, la diputada nacional por Santa Fe, Romina Diez, a quien Karina Milei conoció en 2022, con quien hizo viajes y salió en modo distendido en múltiples ocasiones, hasta que la designó como su principal armadora en la provincia. Diez también es muy cercana al primer mandatario, pero la simbiosis total es con su hermana, a quien le preparó el famoso cartel con la palabra “Karinismo” en su visita a Rosario el fin de semana pasado.
La legisladora porteña Pilar Ramírez es tan cercana a Karina como Diez, y de hecho juntas forman un trío de amigas. Abogada, trabajó en comunicación, en marketing y en publicidad, tanto en el sector privado -Renault- como el público -Aerolíneas y el Banco Provincia- y como jefa de asesores de María Laura Leguizamón en el Senado. Se conocieron a fines de 2021, a partir del vínculo previo entre Milei y su marido, Darío Wasserman, que presidía Garantizar. Después de ganar las elecciones, ambos les ofrecieron experiencia y contactos en la política, y los -aún- novatos en la rosca política aceptaron la ayuda. Finalmente, Karina designó a Wasserman el año pasado como vicepresidente en el Banco Nación (con él también tiene una relación cercana). “Pilar no se mueve un centímetro si no es con el aval de Karina”, contaron en la Legislatura.
En el ámbito de las relaciones de la funcionaria aparece, también, la empresaria Bettina Bulgheroni, que con su esposo Alejandro Bulgheroni, presidente de la gigante petrolera Panamerican Energy Goup, lidera, entre otros negocios, un conglomerado agroindustrial. Se conocieron en el programa sobre historias solidarias que conducía la empresaria en América, Puentes de Esperanza. Y cuatro meses después de asumir en la Secretaría, la designó Embajadora del programa Marca País que depende de la Secretaría de Turismo.
En la ceremonia del nombramiento, que encabezó el jefe del área, Daniel Scioli, la empresaria le agradeció a Karina Milei, micrófono en mano; la describió como una “amiga querida” y contó que habían atravesado juntas momentos “difíciles”, sin dar mayores precisiones. “En su abrazo siempre encontré la esperanza y ella encontró la amistad”, deslizó. Ayer, Bulgheroni estaba en España junto a Javier y Karina Milei, aunque en su entorno aclararon que no formaba parte de la comitiva, sino que se sumó a las reuniones con empresarios y a la presentación del libro del Presidente en su condición de embajadora de MP. Días antes se habían visto en el almuerzo de Cicyp, donde Bettina Bulgheroni integra el board.
En paralelo al escuadrón político, en la Casa Rosada trabaja a diario con Karina Milei un contingente de cuatro secretarias y subsecretarias administativas, que llevan el día a día de los actos, las reuniones, las presentaciones y el más variado tipo de menesteres. Dicen que Karina Milei no les permite hablar con Javier Milei directamente, pero en su entorno lo negaron tajantemente. “No tienen mucho para hablar con él, pero no es que lo tengan prohibido”, dijeron. Todas, con el tiempo, también son descriptas como sus “amigas”, aunque en un nivel distinto que las legisladoras.
Son Roxana Cozzo, asistente secretaria general, a quien conoció en la larguísima estadía de los hermanos Milei en el Hotel Libertador, donde trabajaba como Gerente de Banquetes. Milei se tomó una foto con ella y el resto de los empleados del alojamiento, que publicó una foto con una emotiva leyenda en su cuenta oficial de Linkedin. Poco después, en diciembre, Cozzo fue designada en la Casa Rosada bajo las órdenes de Karina, que aprecia su fidelidad y capacidad resolutiva.
Mara Gorini trabaja principalmente en la organización de ceremonial y eventos. Abogada, había sido asesora en el Ministerio de Transporte durante la gestión de Macri; y formaba parte de la empresa de inversiones especializada en entretenimiento, salud y sustentabilidad Foggia Company, en 2023, cuando la eligieron para organizar el segundo acto en el Movistar Arena, en el tramo final de la campaña. Una vez en la función oficial, Karina la sumó como secretaria. En la Casa Rosada describen como su mano derecha, y la destacan por su eficiencia. “Es dura, al estilo de Karina. Pero resuelve”, dijo un funcionario.
A su lado trabaja Belén Agudiez, que se sumó a su esfera de confianza durante la carrera por la Presidencia como su secretaria privada, un rol en el que continúa, pero con cargo. Se topó con ella en las oficinas de Marra, cuentan, pero antes había militado en la campaña del massista Marco Lavagna, donde justamente conoció al ex candidato a jefe de gobierno. Se rumorea que las unió, entre otras cosas, su afinidad en común por el esoterismo.
En otra escala de sus vínculos aparecen legisladores y diputados que trabajan bajo su influencia: Sebastián Pareja, armador bonaerense, que mantuvo una pelea flagrante con Kikuchi el año pasado y salió empoderado en la Provincia. El martes estuvo parado, de traje y sonriente, las dos horas que duró el acto del descubrimiento del busto de Menem. Y hoy participará en un acto con la ministra Patricia Bullrich en Provincia de Buenos Aires de liberales de Pro, una señal de acatamiento a la orden de acercamiento a los amarillos que marcó Karina desde que se reunió con Ritondo y Silvia Lospennato.
También figura en esa escala Juan Pablo Scalese, joven dirigente libertario de la Ciudad, aunque se murmura que no necesariamente será candidato el año que viene. “Es una persona a la que Karina le dio un voto de confianza para que la ayude a armar el partido, que para ella es importante. No es amigo, pero deposita confianza en él en esta etapa, donde estamos en junta promotora y esperando la personería”, contaron en las filas libertarias de ese territorio. También, Gabriel Bornoroni, diputado nacional por Córdoba, su elegido para liderar LLA en esa provincia y reemplazar a Oscar Zago en la presidencia del bloque nacional en la Cámara baja.
Por último, en una posición híbrida, porque trabaja en la gestión diaria pero no es administrativo, aparece el vocero presidencial Manuel Adorni, que tiene una relación especialmente estrecha con Karina, y a quien, también, conoció al calor de los medios.
Descripta como “severa” tanto como “amorosa” por sus colaboradores más íntimos, Karina Milei construye poder en base a la confianza y la inspiración de temor, en paralelo. Y dicen que no tiene ningún interés en despejar la nube de misterio y opacidad que la rodea. (Infobae)