La recesión económica sigue impactando gravemente en la industria argentina. Ferrum, ubicada en Villa Rosa, Provincia de Buenos Aires, decidió paralizar su producción por tres meses a partir del 1 de julio, además de llevar a cabo despidos masivos. Esta medida se toma en respuesta a la caída de la demanda en el sector de la construcción, un problema que también afectó a otras empresas como FV, Akapol y Whirlpool.
La empresa, dedicada hace más de 100 años a la fabricación y comercialización de artículos sanitarios y grifería, explicó que la acumulación de stock debido a la disminución de la demanda ha hecho insostenible continuar con la producción. Durante el periodo de inactividad, Ferrum mantendrá una guardia mínima para evitar el apagado de los hornos y estar lista para cualquier pedido urgente.
En los últimos meses, Ferrum había comenzado a reducir su personal con despidos de empleados sumariados y la rescisión del contrato del servicio de limpieza tercerizado, con algunos empleados efectivos asumiendo esas tareas. «Algunas oficinas y baños los limpian los propios jefes o supervisores», aseguraron trabajadores a un medio local.
Además, señalaron que «ya se había hablado de esto en la segunda quincena de mayo, es algo que se venía diciendo. Se intentó suspender trabajadores, pero no les gustaba la idea de dejarlos en la casa pagándoles igual». En algunos sectores de la planta queda trabajando menos de la mitad del personal, con la promesa de ser recontratados si la demanda repunta.
Entre los despedidos se encuentran tanto empleados con poca antigüedad como aquellos con más de 20 años en la empresa. “Se despidió a trabajadores de todo tipo”, expresó un empleado, comparando la situación actual con una crisis similar durante la gestión de Mauricio Macri.
La situación de Ferrum, una de las marcas líderes en su sector, no es aislada. Empresas como Whirlpool, FV y Akapol también han anunciado suspensiones de actividades y despidos masivos. Whirlpool decidió cerrar uno de sus turnos de producción y despedir a 60 de sus 400 trabajadores locales. FV suspendió a 800 trabajadores de su planta en Villa Rosa, y Akapol suspendió a todos sus empleados por 60 días. Por su parte, hace menos de una semana, la empresa Gonella S.A. cerró su planta de Gualeguaychú, dejando sin trabajo a 56 empleados.
La industria de la construcción, crucial para el sector manufacturero, enfrenta un declive significativo que afecta a miles de trabajadores y pone en riesgo la estabilidad de muchas empresas. Las negociaciones continúan para determinar el porcentaje salarial que recibirán los trabajadores durante el periodo de suspensión (julio, agosto y septiembre). La comunidad laboral de Villa Rosa espera que la situación mejore pronto y que las promesas de recontratación se cumplan si la demanda se recupera. (Crónica)