Con un doblete de Deyverson y otro tanto de Paulinho, el Galo goleó en Belo Horizonte y tiene un pie y medio adentro de la final de la Libertadores.
Lapidario golpe para River: en una noche flojísima y olvidable en Belo Horizonte, se fue goleado 3-0 y ahora depende de un milagro y una noche absolutamente épica en el Monumental para soñar con la final. Pero, jugando así, está muy lejos: dio innumerables ventajas defensivas, no acumuló pases en campo rival, abusó del pelotazo sistemático y jamás hizo pie en el campo.
Para los cinco minutos del partido, Mineiro casi le dio el primer golpe a River, con un cabezazo en el área que dejó a Deyverson y Hulk mano a mano con Franco Armani, pero tras la revisión del VAR, el árbitro Jesús Valenzuela vio una mano que anuló toda la jugada.
La sensación se estiró en un juego en el que River nunca hizo pie en el campo de juego, sin conectar líneas, perdiendo muy rápido la pelota, con una línea de cinco defensores a la que le faltaba coordinación, con un mediocampo que no encontraba pases hacia adelante, con Colidio y Borja arriba que no podían aguantarla.
A los 22 minutos, Mineiro salií de contraataque, Hulk atropelló a Germán Pezzella para bajarle un centro frontal a Deyverson, que enfrentó a Franco Armani y lo desairó por su izquierda al dejarlo desparramado en el piso con facilidad y así convertir el 1 a 0.
El conjunto argentino trató de causar problemas en el fondo de Mineiro, con un Colidio muy activo con la pelota y sin ella para desprenderse de la marca. Pero el nerviosismo lo llevó a cometer muchas infracciones que sumaron amonestaciones en River.
A pedir del anfitrión, el trámite entró en un desarrollo de mucha lucha y escaso juego. El arranque del complemento fue lo más flojo del Millonario, que no encontraba la pelota ante un rival que encima se empezó a mostrar más peligroso, amenazando con un cabezazo desviado de Deyverson. Gallardo tomó nota y a los 15 borró al mediocampo con tres cambios: entraron Maxi Meza, Manuel Lanzini y Rodrigo Villlagra, y la situación pareció mejorar.
No obstante, justo cuando Lanzini empezaba a ser clave, se enchufó Mineiro con su ataque letal para liquidarlo en apenas cuatro minutos. A los 25, Guillherme Arana descargó por izquierda para Deyverson, quien mano a mano con Armani definió bajo y contra el segundo palo. Y a los 29, ya con Adam Bareiro y Pablo Solari en cancha en búsqueda de enriquecer la ofensiva, durmió la defensa con un lateral que recibió en el área Deyverson, quien aguantó y habilitó de frente a Paulinho para que buscara el arco y se beneficiara de un desvío en Paulo Díaz que descolocó al arquero.
Parecía que la noche aún podía ser peor para River, pero los de Milito no volvieron a inspirarse en los metros finales pese a que los argentinos no daban respuestas. La historia dirá si tremenda paliza es posible de dar vuelta.
