Tras el intenso temporal del fin de semana pasado, Cindy Fernández, meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), anunció que en 2024 las tormentas fuertes serán más recurrentes en comparación a otros años.
Según detalló la especialista, las tormentas se llevarán a cabo con mayor frecuencia debido al fenómeno de El Niño y, por ello, será necesario estar pendientes de la información oficial, a las alertas meteorológicas y saber qué hacer en caso de que ocurran.
Entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, fuertes tormentas y ráfagas de viento, que alcanzaron los 160 kilómetros por hora en ciertas zonas, azotaron la zona centro de la Argentina. Como consecuencia de ello, se registró la caída de una numerosa cantidad de árboles, postes de luz, techos, cartelería, edificios en peligro de derrumbe y el corte del servicio eléctrico y de agua.
Este fenómeno tuvo lugar debido a la persistencia de «varios días en los cuales prevaleció en el centro del país y el norte de la Patagonia una masa de aire extremadamente cálida, acompañada de una alta humedad. Esto resultó en una masa de aire notablemente inestable», explicó.
A su vez, Fernández contó que desde la mitad de la semana pasada ingresó una gran cantidad del viento del norte y se registraron cortantes del viento, es decir, «circulaciones de variaciones de vientos en las distintas capas de la atmósfera».
La combinación de estos factores crea condiciones propicias para la formación de tormentas. No obstante, la meteoróloga señaló que también se requiere un «desencadenante», que en este caso fue el ingreso de un frente frío desde la Patagonia. Este frente, además, estaba potenciado por aire extremadamente frío, lo que contribuyó a que la formación de la tormenta fuera más intensa y violenta.
La variación de temperaturas causó una serie de tormentas severas acompañadas de ráfagas destructivas que se organizaron en forma lineal. En este sentido, los radares del SMN pudieron observar una «franja de tormentas que comenzaba en el océano Atlántico, al sur de Buenos Aires, y recorría toda la provincia, pasando por el sur de Santa Fe, parte de La Pampa y terminaba en el norte de Córdoba».
Por último, Cindy sostuvo que si bien en Argentina las fuertes tormentas ocurren todo el tiempo, el temporal de este fin de semana fue «enorme», ya que alcanzó a una extensión de 1500 kilómetros. Respecto a ello, aclaró que estos fenómenos suelen ser «mucho más pequeños y, dado que nuestro territorio tiene más zona rural que urbana, los daños son menores y tienen menos visibilidad».
Bow-echo o ‘derecho’: el fenómeno responsable del temporal fatal en Bahía Blanca y el AMBA
El fin de semana del 16-17 de diciembre del 2023 ha quedado, lamentablemente, marcado cómo trágico e histórico para la República Argentina, y más aún para la provincia de Buenos Aires(PBA), puntualmente en la ciudad de Bahía Blanca y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la zona con mayor densidad poblacional del país. En estas zonas se vivieron largos minutos de horror y horas devastadoras, que quedarán marcadas en la memoria de todos los que estuvieron en peligro, y sobre todo aquellos que perdieron a un ser querido.
Las tormentas con poderosas ráfagas de viento alcanzaron los 140-150 km/h, al menos. Bahía Blanca fue azotada por una línea de tormentas que tomó una curvatura determinada hasta dejar formado un peligroso fenómeno llamado ‘bow-echo’ (o sea, eco en forma de arco, en ingles), también conocido como ‘derecho’.
¿Qué desató el temporal que afectó a Bahía Blanca y el AMBA?
“Lo que sucedió este fin de semana en AMBA y el interior de la provincia de la PBA a nivel climático es lo que se conoce como un Sistema Convectivo de Mesoescala (SCM) de gran intensidad, que se caracteriza por vientos extremos”, explica la Dra. Paola Salio, investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA, CONICET-UBA) para una nota en Conicet, por Cintia Kemelmajer.
La particularidad de esta tormenta, que se expande por varios cientos de kilómetros y en total duró cerca de diez horas, por lo cual recibió el nombre de ‘derechos’. “Los derechos se mueven muy rápidamente formando un frente de ráfagas que siguen la misma dirección que la tormenta y generan vientos muy intensos, aunque es importante señalar que muchas veces se asocia todo viento intenso a un tornado y eso es incorrecto”, afirma la científica.
Además, dado que la tormenta se produjo durante la noche, es muy difícil de poder visualizar el clásico embudo tocando tierra, por eso, la única forma de evaluación posible es a través de los daños que existen en el área. Por el momento, «los daños observados a través de medios de comunicación y redes sociales, no evidencian de forma clara que haya ocurrido un tornado», dijo Salio.
Sin embargo, al momento de realizar este informe, se habla de al menos una huella de daños, en el noreste de la Ciudad de Buenos Aires y cercana a Aeroparque, de la cual se sospecha que esté relacionada con la traza de un tornado, por lo tanto se deberá seguir relevando y analizando.
¿Qué es un “bow-echo” o “derecho”?
Un bow-echo es una organización convectiva de escalada menor a la de un SCM, que se evidencia en los llamados “derechos”, en su manifestación más severa, que producen múltiples ráfagas de vientos muy intensos. En la bibliografía se pueden encontrar muchos trabajos observacionales de estos “derechos”, y también investigaciones basadas en simulaciones, como los trabajos de modelado numérico (de Weisman 1993, por ejemplo), para poder comprender todos los procesos físicos involucrados en la evolución y desarrollo de un eco de arco.
Según los investigadores: Marcela. T. Brizuela, R. Vidal, Yanina G. Skabar, Matilde Nicolini y Luciano Vidal, en un caso de estudio de derechos en el 2008, en PBA, la evidencia de los estudios mencionados anteriormente, existe una probabilidad importante de que este tipo de organización convectiva conduzca a fenómenos de tiempo severo (vientos intensos cerca de superficie, granizo, precipitaciones intensas y en algunos casos tornados), con sus consecuentes daños infligidos en personas y/o propiedades.

El sistema de tormentas que azotó a Bahía Blanca y horas después también se formó y atravesó el AMBA reflejó el patrón de un derecho: extensas líneas de tormentas con cientos de kilómetros de largo, avanzando de oeste a este y de sur a norte a través de la PBA, en donde el fenómeno más destacado fueron sin dudas las ráfagas de viento producidas por los «downbursts» (corriente de aire muy violenta, que desciende de la tormenta), y que pueden alcanzar velocidades muy por encima de los 100 km/h.
El pasado sábado 16 de diciembre la masa de aire en la franja norte y centro del país era tropical, muy cálida y húmeda, con índices de inestabilidad muy elevados en la porción central, esto se traduce en una gran cantidad de energía térmica disponible en la atmósfera, que es el combustible para la convección y facilita que se formen tormentas de características severas como las registradas.
Si a esto se le suma la presencia de una gran vaguada en altura y una cortante vertical del viento intenso (cambios en la velocidad y dirección del viento a medida que se eleva en altura); a diferencia del tradicional «frente de ráfagas» que conocemos, el «derecho», durante su avance hacia el noreste, adquiere la forma de arco, de allí deriva el nombre ‘bow-echos’.
Los «derechos» posee una alta velocidad de propagación y un rápido crecimiento hacia adelante. Tienen un aspecto distintivo en el radar (conocido como arco), con varias características únicas, como la manifestación de dos o más «downbursts» seguidas. Dentro del núcleo de la tormenta, pueden agruparse varios, creando una «macroburst»
Este evento meteorológico generó primero una extensa línea organizada de tormentas en el sudoeste de PBA, que mientras avanzaba presentó el típico arqueamiento de “bow echo” y sus características de fuertes ráfagas con la que atravesó a Bahía Blanca y alrededores provocando absoluta devastación, y luego se repitió en el noreste de PBA y atravesó AMBA.
El inicio del arco, que representa la parte avanzada del frente de tormenta, se origina por la formación de una zona de presión más alta en la parte superior del SCM que avanza. Esa zona de alta presión se forma debido al fuerte movimiento descendente presente detrás de los poderosos «descensos» que a menudo se extienden varios kilómetros desde la línea del frente que avanza, anticipando la inminente llegada de las tormentas.
(Meteored/Diario de Rivera/Infocielo)