Finalizó una campaña agrícola histórica para La Pampa en producción de cereales y oleaginosas, que según la Secretaría de Agricultura y Ganadería, culminó con un récord histórico de producción de 6.746.684 toneladas. Es decir que se creció un 32% y 1.635.834 toneladas más que la pasada siembra. Se cosecharon en 1.710.824 hectáreas y se sembró en 2.324.478 hectáreas.
El desagregado da cuenta que a la inesperada trilla de 3.760.630 toneladas de maíz también se alcanzaron 1.617.770 de soja (1.479.970 de primera y 137.800 de segunda); 563.170 de trigo; 508.890 de girasol; 137.800 de cebada y 71.822 toneladas de maní entre otras.
Otro dato impensado fueron los rindes, como los del maíz con 6.724 kg/ha y soja con 31.27 qq/ha obteniendo en la generalidad de la campaña fina y gruesa 2023/24 casi el 5% de la producción total del país (146,5 mill/ton).
Si bien 2024 se inició con poco para festejar, con el paso de los meses un régimen de lluvias que nadie esperaba empezó a cambiar las expectativas. A fines del año anterior nada hacía prever, por la falta de humedad en piso, que desde fines de marzo el stress hídrico y la llegada de un otoño e invierno no tan preocupante como en años anteriores. Pero lo concreto es que la campaña de granos y oleaginosas 2023/2024 fue enorme y lo mejor es que se espera para la próxima otra elevada recolección de granos. Pero también mejoró la inversión en tecnología (tractores, fumigadoras cosechadoras, fertilizadoras y sembradoras de siembra directa), hubo una notable mayor demanda de agroquímicos, fertilizantes y semillas pero por sobre todas las cosas la mejora en campos del cuadrángulo noreste (40% de la producción) en el norte (25%); la zona centro sur (25%) y el 10% restante en parte de la estepa y el oeste provincial, fue impecable.
Rindes increíbles
Por primera en su historia nuestra provincia superó los rindes promedios de la producción del país tanto en maíz como en la soja. En la provincia para el maíz el rendimiento trepó a los 6.724 kg/ha versus los 6.581 del país y en soja 3.127 superando los 3.119 kilogramos por hectárea en Argentina. La recolección final de granos gruesos y finos de la finalizada campaña 2023/24 trepó, como se explicó, a los 6,74 millones de toneladas, en una superficie sembrada de 2,32 millones de hectáreas (aunque solo 1,46 millones fueron de producción intensiva) y se cosechó en 1.710.824 hectáreas.
Aproximadamente hubo un 20% en el cuadrángulo noreste de alta aptitud, un 30% de mediana y 20% de aptitud media baja. Con respecto a las hectáreas perdidas (no cosechadas) llegaron a las 613.654 hectáreas, un 26,4% del total sembrado al comenzar la trilla. La realidad es que no solo el campo festejó sino tanto el gobierno nacional, provincial y municipalidades. No debemos olvidar que la soja local aporta al fisco nacional un 33% en retenciones; el maíz y el trigo 12% y el girasol 7%.
Los principales cultivos de verano (girasol, maíz, soja y maní) y de invierno (trigo, cebada, centeno y avena) mejoraron al amparo de regímenes pluviométricos más que aceptables en el intervalo de ambas siembras. Sin dudas que la vedette fue el maíz con 3,76 y un rinde de 67.24 qq/ha. Luego se destacaron la soja con 1.617.770 (de primera fueron 1.479.970 y de segunda 137.800 toneladas y un rinde de 32,17 qq/ha); el trigo total con 563.170 tn y un rinde de 21.05 qq/ha; el girasol con 508.890 y rinde de 22.9 qq/ha, la cebada cervecera y forrajera con 135.060 toneladas (rinde de 2.756 kilogramos por hectáreas. Hubo además otras cosechas alternativas como la avena con 53.870 toneladas (rinde de 1.134 kg/ha); centeno con 34.862 (rinde de 1.223 qq/ha) y maní con 71.822 toneladas.
También hubo cereales de menor consideración pero hicieron su aporte como: el sorgo (57.640 ton), alpiste (610), colza, mijo (662) y otras cereales de escasa siembra y producción. Lo concreto es que a lo largo y ancho del territorio provincial se sembraron 12 variedades de granos, de los cuales la mayoría mostró un crecimiento sostenido, más allá de la actual campaña (2024/25) se presenta muy auspiciosa por las notables mejorar en los pisos de los campos con un promedio de lluvias que entre noviembre y el diciembre actual llegan en los principales lotes del norte por arriba de los 160 milímetros promedio en cuatro departamentos y hasta 100 mm en otros 8 departamentos provinciales. Casi toda la zona sur supero los 75 mm en igual período.
Valor bruto de producción
En referencia a los cereales de invierno y verano, el Valor Bruto de Producción (VBP) en la región es la suma total de los valores de los granos producidos, sin importar si se trata de insumos para otras producciones (semillas, fardos y rollos), es decir, bienes intermedios que se utilizan en el proceso productivo. Por lo tanto, incluye el valor de todos los cereales sin considerar si son de consumo intermedio o de consumo final. El VBP es también llamado como Producto Interno Bruto, en este caso únicamente de la agricultura. Para tener una noción de la incidencia de la producción de granos dentro del VBP de La Pampa, es necesario recordar que los cereales participan en un 71,2% y las oleaginosas en un 26,9% de lo recolectado en la provincia. Gracias al ingreso de granos transgénicos en maíz y soja principalmente los márgenes de corrimiento de la frontera agropecuaria, maicera y sojera, pareciera no tener límites a pesar del resurgimiento de la siembra de girasol y sin dudas que la ganadería ha retomado nuevamente la senda del crecimiento.
Antes en La Pampa el ciclo agrícola iba de Este a Oeste y de Norte a Sur y ahora se da Oeste a Este y en menor proporción de Sur a Norte. Todo un cambio de paradigma que además involucra a las gramíneas con buenos rendimientos. Los productores agropecuarios de la región invierten en base a recursos propios y con el siempre acompañamiento del Banco de La Pampa como motor estratégico en el financiamiento de la economía regional de la provincia que con los subsidios de tasas de interés han generado un colchón crediticio importante para el productor (Compre Pampeano y Caldén Agraria).
Los productores invirtieron una cifra millonaria en laboreo de tierras (35%), agroquímicos (23%), fertilizantes (20%) y semillas (22%) con financiamiento del BLP y del BNA. Además está la inversión que realiza el sector por tonelada producida en laboreos, semilla, agroquímicos, fertilizantes y lo que transfiere a otros sectores de la economía regional durante la comercialización (fletes, acopio, gastos de almacenamiento, comisiones y cosecha) podemos hablar de una cifra mayor aún. Dichas expectativas en la actual campaña (2024/25) tiene aún mejores expectativas por el cambio en el ciclo climático húmedo de noviembre y diciembre, aun cuando el 70% del territorio provincial está en emergencia agropecuaria por la ingente sequía de la pasada campaña de la cual muchos productores no se han recuperado. (La Arena)