Joaquín Sabina contagió de nostalgia a 10.000 almas en el primer concierto de la última gira de su carrera, la cual arribará a Argentina el próximo 24 de marzo.
En alguna entrevista en los años noventa, Joaquín Ramón Martínez Sabina decía que hubiera preferido ser torero o ladrón de bancos, sin embargo, esos oficios exigían una dosis de valor que no poseía y por ello, se inclinó por componer canciones.
Sin duda, la decisión que tomó el andaluz, aunque implicó menos adrenalina y menos peligro para su vida, fue la acertada; nada mal para alguien que en 17 días cumplirá 76 años arrancar una gira -casi mundial- de despedida, siendo el autor de algunas de las canciones más entrañables de nuestro idioma en los últimos cuarenta años.
Seguramente, de haberse dedicado a lidiar miuras o a asaltar bancos, la carrera de Sabina hubiera sido muy precoz y nos habría eximido de entonar sus versos en tantas madrugadas.
No es de extrañar que el nacido en Úbeda haya elegido el Auditorio Nacional de la capital mexicana para arrancar la última gira de su vida artística llamada “Hola y adiós”, ya que México fue la llave para entrar a Latinoamérica en los inicios de su carrera, así como una fuente de inspiración, mucho tequila, muchas rancheras, mucho José Alfredo y mucha Chavela Vargas.
La gira hará su arribo a Argentina el 24 de marzo en el Movistar Arena.
Sabina salió al escenario poco antes de las 21:00 horas ante una ovación de las 10 mil almas que llenaron el coloso de Reforma, para abrir con “Donde habita el olvido” y recitar unos versos sobre la elección del repertorio que entonará en la última gira de su vida.
"Heme aquí organizando el repertorio de la última gira de mi vida/ teniendo un gel olor a despedida tengo un mustio sabor a velatorio/ por eso le suplico al Auditorio que me ayude a jugar esta partida/ mueran los callejones sin salida, que el verso y la canción sean un jolgorio/ gocemos hoy de estar juntos ahora que el desamparo no venga con prisas/ que nos sorprenda cantando la aurora al fin y al cabo, tantas emociones compartidas merecen unas risas/ para eso se inventaron las canciones"
Excelente administrador de la nostalgia, siguió con “Lágrimas de mármol” y “Lo niego todo”, para dar lugar a “Mentiras piadosas”.
Después de varios años sin cantarla en los conciertos, sonaron los acordes de “Calle melancolía”, uno de los momentos más emotivos, mientras la gente coreaba esos endecasílabos precisos, de una de sus mejores obras.
Siguieron “19 días y 500 noches”, “¿Quién me ha robado el mes de abril?” y “Más de 100 mentiras”.
Sabina, quizá sin proponérselo aleccionó a más de uno en su juventud; sugirió a una buena legión que las “malas compañías” no eran tales y que había una oportunidad de vivir distinto a como decidían los adultos.
Tocó el turno de “Peces de ciudad”, “Medias negras” y la “Magdalena” con todo y coreografía con Mara Barros.
Sabina mejor que nadie sabe la importancia de nombrar pero también de los silencios y las ausencias. Tal es el caso de la omisión de su fiel escudero, de su compadre, de su socio, Pancho Varona, con quien el músico compuso quizá sus mejores canciones y quien por alguna razón fue desterrado de la banda desde hace unos años; es verdad, se extraña en el escenario.
Sonaron las coplas previas a “Y sin embargo” y el público cantó al unísono esa canción que dice Joan Manuel Serrat que le confesó Josep Guardiola que es la que más le gusta de Sabina.
Entonces vino parte de su carta de amor a México con “Noche de bodas” e “Y nos dieron las diez”.
Quizá el momento más emotivo de la noche fue cuando tomó la guitarra para cantar esa declaración de principios, “Tan joven y tan viejo”, que le valió una ovación unánime de pie por parte de los asistentes.
Vino otro certero dardo al corazón: “Contigo” y el Auditorio era todo nostalgia. Llegó el turno de “Princesa”, canción con la que puso punto final.
Con los celulares encendidos, de pie, los presentes acompañaron a Sabina con el fervor típico de los mexicanos en las procesiones religiosas, la manera de la gente de dar gracias a quien durante décadas repartió pedazos de México en su obra, sus entrevistas y sus actos.
Sabina volverá al Auditorio el 1 de febrero, en el primero de cuatro conciertos.
Setlist
Donde habita el olvido
Lágrimas de mármol
Lo niego todo
Mentiras piadosas
Ahora que
Calle melancolía
19 días y 500 noches
¿Quién me ha robado el mes de abril?
Más de cien mentiras
Peces de ciudad
Camas vacías (Mara Barros)
El caso de la rubia platino (Jaime Asúa)
Medias negras
Por el bulevar de los sueños rotos
Y sin embargo
Noche de bodas/ Y nos dieron las diez
La canción más hermosa del mundo
Tan joven y tan viejo
Contigo
Princesa